En un mercado laboral cada vez más competitivo, la adquisición de habilidades específicas puede marcar una diferencia determinante en el desarrollo profesional. Dos de las más valoradas en la actualidad son el dominio del inglés y la capacidad de programar, competencias que abren puertas en múltiples industrias.
El idioma inglés sigue siendo el lenguaje universal de los negocios, la ciencia, la tecnología y las comunicaciones internacionales. Por otro lado, la programación representa una habilidad técnica concreta, cada vez más demandada por empresas que buscan automatizar procesos, crear soluciones digitales o impulsar la innovación.
Qué es mejor para el trabajo: saber programar o aprender inglés
El dominio del inglés representa una ventaja clave en el ámbito de la programación. Aunque no es un requisito excluyente para comenzar a aprender, tener conocimientos de este idioma facilita enormemente el proceso de aprendizaje. Esto se debe a que la mayoría de los lenguajes de programación están basados en estructuras y palabras clave del inglés, lo cual influye directamente en la comprensión de la lógica del código.
Además, la gran mayoría de la documentación técnica, tutoriales, foros de ayuda, cursos avanzados y manuales están redactados en inglés. Por lo tanto, quienes no manejan este idioma podrían encontrar más barreras para acceder a estos recursos, lo que ralentiza el aprendizaje y la resolución de problemas comunes.
También es importante destacar el valor del inglés en el ámbito laboral. Permite interactuar con equipos internacionales, interpretar requerimientos técnicos y participar activamente en eventos, conferencias y comunidades globales.
En consecuencia, primero aprender inglés no solo mejora la comprensión técnica, sino que también amplía significativamente las oportunidades profesionales, abriendo puertas a proyectos y empleos en empresas de todo el mundo.