Por qué el aceite de coco y el azúcar puede ser clave para beneficiar la piel

Mezclarlos permite obtener una alternativa económica para hidratar y exfoliar. Los expertos aconsejan un uso moderado para evitar irritaciones.

El cuidado personal no siempre necesita productos caros o fórmulas elaboradas. En los últimos meses, una sencilla preparación casera que mezcla aceite de coco y azúcar se volvió tendencia en redes sociales, destacada por sus efectos visibles en la suavidad y luminosidad de la piel.

La popularidad de este truco alcanzó a miles de usuarios en plataformas como TikTok e Instagram, donde se multiplicaron los testimonios sobre su eficacia. Incluso especialistas en dermatología y estética intervinieron para detallar en qué situaciones esta mezcla resulta beneficiosa y cuándo conviene tener precaución.

Lo que comenzó como un tip viral terminó llamando la atención de expertos, que analizaron de qué manera el aceite de coco, con sus propiedades humectantes, y el azúcar, como exfoliante natural, pueden complementar la rutina de belleza.

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Cómo es el truco que mezcla aceite de coco y azúcar para ayudar a la piel

La receta casera consiste en combinar media taza de azúcar con un cuarto de taza de aceite de coco hasta obtener una textura granulada y uniforme. Los especialistas recomiendan aplicar la mezcla sobre la piel húmeda, realizando masajes circulares para retirar células muertas y estimular la circulación sanguínea. Luego de unos minutos de acción, debe enjuagarse con agua tibia y finalizar con una crema hidratante para potenciar el resultado.

Entre los beneficios más destacados, se señala que el aceite de coco aporta una hidratación profunda y ayuda a suavizar la sequedad, mientras que el azúcar limpia los poros y elimina impurezas. Además, la mezcla ofrece propiedades antioxidantes y antibacterianas que contribuyen a proteger contra el envejecimiento prematuro y mantener la piel más sana.

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Los dermatólogos aclaran que, aunque esta preparación es económica y efectiva, no debe usarse con demasiada frecuencia. Lo ideal es aplicarla un máximo de dos veces por semana, ya que un uso excesivo puede provocar irritación o resequedad. También advierten que no se recomienda para personas con acné, debido a que podría obstruir los poros y agravar los brotes. Incluso, algunos estudios sugieren que también puede aplicarse en el cuero cabelludo, de manera ocasional, para fortalecer y prevenir la caída del pelo.

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