Los 3 mejores trucos para ablandar la carne ya cocinada

Es normal que sobre comida del día anterior pero, cuando se trata de carne, recalentarla puede ser complicado. Estas técnicas permitirán que no quede dura y conserve todo su sabor.

Recalentar la comida del día anterior es lo más normal del mundo, pero puede plantear algunos desafíos. Mientras algunos platos resisten perfectamente un golpe de horno o un paso por el microondas, otros pueden cambiar su textura o quedar con una consistencia desagradable si no se los trata de la manera correcta.

Este suele ser el caso de la carne, que suele endurecerse de un día para el otro, especialmente si se guardó en la heladera. Este problema es especialmente molesto cuando se quieren calentar las sobras de un asado o una carne al horno, sobre todo porque la grasa tiende a solidificarse y la comida queda más seca.

Para solucionar esta situación y aprovechar hasta el último gramo de comida en un nuevo plato, existen algunos trucos sencillos que permiten ablandar y rehidratar la carne ya cocinada de manera que quede con una buena textura y conserve su sabor.

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La carne, una de las especialidades de Club Belgrano.

La carne, una de las especialidades de Club Belgrano.

Marinado

Si bien el marinado es una técnica que suele aplicarse antes de la cocción para darle más sabor a la carne, también es útil en el caso de que el corte ya esté cocinado, porque permite ablandarlo y rehidratarlo al mismo tiempo que se le añaden condimentos.

El truco consiste en sumergir la carne cocida en una mezcla de aceite, vinagre, jugo de cítricos, hierbas, especias y ajo durante varias horas o incluso toda la noche. Los ingredientes ácidos ayudan a descomponer las fibras de la carne, dejándola más tierna.

Rehidratación

Funciona muy bien con las carnes que se prepararon al horno o en la parrilla. La clave es sumergirlas un rato en líquido caliente, ya sea un caldo o una salsa, para devolverle humedad y suavidad. De esta manera, la carne se recalienta pero no se sigue secando.

Cocción lenta

Es similar a la rehidratación, pero consiste en volver a cocinar la carne lentamente para aprovecharla, por ejemplo, en un estofado. La cocción lenta permite que la carne permanezca un largo rato en la salsa o caldo, de manera que sus fibras se rompen y queda mucho más tierna.

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