La regla de los 90 segundos: cuál es el truco de Harvard para controlar tus emociones

Jill Bolte, neurocientífica de la reconocida academia, revela la clave para ser más feliz: "Solo necesitarás 90 segundos"

Un comentario hiriente, una falta de amabilidad, un gesto desagradable... Las posibilidades de que se desencadene en ti una emoción de ira o enfado son muchas cada día. A veces basta con que se te derrame el café o se te olvide comprar pasta de dientes. Te contamos sobre la regla de los 90 segundos: ¿Cuál es el truco de Harvard para controlar tus emociones'.

Este interrogante se cuestionó la neurocientífica formada y colaboradora de la prestigiosa universidad Jill Bolte Taylor. Y, neurológicamente hablando, Bolte demostró científicamente que una emoción dura 90 segundos, siempre que no interfiramos en su evolución. A partir de este descubrimiento, la autora de My Stroke Of Insight, puso nombre a la capacidad humana para regular el proceso neurológico de la emoción y lo llamó la regla de los 90 segundos.

Taylor es conocida principalmente por su experiencia personal de sufrir un derrame cerebral masivo en 1996 y por su posterior recuperación. Nació el 15 de mayo de 1959 en Estados Unidos y se hizo famosa por su libro "My Stroke of Insight" (Mi derrame cerebral y yo), publicado en 2006. En este libro, Taylor describe detalladamente cómo vivió el derrame cerebral, su experiencia al "perder" la función cerebral y su eventual proceso de recuperación.

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Cómo es la recomendación de Harvard para controlar tus emociones y reacciones en 90 segundos

"Cuando una persona tiene una reacción a algo en su entorno, ocurre un proceso químico de 90 segundos", explica Bolte. Cualquier respuesta emocional que se salga de esos 90 segundos es consecuencia de la elección de esa persona y recibe el nombre de bucle emocional. Jill Bolte se aventuró en esta investigación tras leer a Victor Frankl en El hombre en busca del sentido. En esta obra, donde explica cómo logró sobrevivir en un campo de concentración durante el holocausto judía, Frankl afirma: "Cuando ya no podemos cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiarnos a nosotros mismos... A un ser humano se le puede quitar todo, excepto una cosa: la última de las libertades humanas: elegir la actitud de uno en cualquier conjunto de circunstancias dadas, elegir el propio camino".

Las personas que son capaces de dejar fluir sus emociones sin intentar quedarse con ellas o bloquearlas, tienen una mayor inteligencia emocional. Pero es una habilidad de autocontrol que todos podemos desarrollar y que nos permitirá tener un mayor dominio emocional y felicidad. Así puedes hacerlo según Jill Bolte: cuando sientas una emoción desagradable, "mira el segundero de un reloj. En ese mismo segundo, obsérvate a ti mismo experimentando la respuesta fisiológica pero no te involucres con ella.

En menos de 90 segundos te sentirás mejor. Y recuerda que siempre puedes volver a pensar en esos pensamientos que vuelven a estimular el bucle. De hecho, probablemente, en algún lugar de tu cerebro guardas el recuerdo de que alguien te daño hace 20 años. Y, cada vez que piensas en esa persona, se reinicia la emoción. Pero sólo necesitarás 90 segundos para volver a calmarla".

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