Pocas veces somos conscientes de que al hablar decretamos cosas que pueden suceder y que somos nosotros mismos quienes tenemos el poder de hacer realidad nuestros sueños y deseos, tan solo con manifestarlos verbalmente.
Pocas veces somos conscientes de que al hablar decretamos cosas que pueden suceder y que somos nosotros mismos quienes tenemos el poder de hacer realidad nuestros sueños y deseos, tan solo con manifestarlos verbalmente.
Justo Lamas explica que todo lo que "sale de nuestra boca", puede maldecir o bendecir, construir o destruir; cada palabra se concreta, todo lo que digas sobre los demás o sobre vos mismo, se decreta.
Muchas veces la palabra se usa como método de ataque o como medio de justificación propia. "Nuestra lengua es poderosa, es muy fácil lastimar y luego es difícil sanar", afirma Lamas.
Por eso, la idea es que al hablar no solo se trata de cuidar nuestras palabras y mensajes, sino también de cuidar al otro. "Si uno está bien por dentro, de corazón, todo lo que saldrá de tu boca edificará tu vida y la de los demás", expresó.
Debemos aprender a hablar para mejorar nuestra vida y mantener una actitud positiva que se refleje también nuestra forma de expresarnos.