Cuando una cata de vino puede ser también una experiencia artística

Una cata de vino puede ser, también, una experiencia artística. O al menos esto decidió Nina Pulenta, cuarta generación de la familia Pulenta, para el relanzamiento del vino La Flor, la línea joven de esta bodega.

El relanzamiento de La Flor Wines, un vino frutado que busca expresar la pureza de la vid, se hizo en la galería Miranda Bosch, en el barrio de Retiro y fue a través de un pop up de cinco días que involucró todos los sentidos.

“La idea de hacer una cata en una galería es demostrar que el vino también puede ser arte”, explicó Nina Pulenta, embajadora de la marca en Reino Unido y una de las responsables de La Flor Wines, a C5N.

Todo aportaba a la experiencia. Al ingresar a la cata un cubo con un video interactivo invitaba al público a trasladarse a los distintos lugares que este espacio proponía mientras, en una habitación contigua, reposaban jarrones con distintas notas del vino que se podían oler para adivinar de cuál de ellas se trataba.

El último sentido a explorar fue el gusto, con una degustación -propiamente dicha- del Malbec, Cabernet y blend del vino La Flor.

Mientras el público disfrutaba estas tres cepas, Milena, una de las enólogas, contó cuál es la apuesta de este relanzamiento: “Queríamos hacer un vino elegante pero minimalista, que muestre lujo en la simpleza. Aunque La Flor es nuestra línea joven la materia prima para este vino proviene de los mismos viñedos premium y tiene el mismo equipo enológico. Nada está hecho al azar”.

En ese sentido, Nina Pulenta agregó que “analizamos y pensamos en equipo cada detalle del packaging, el cambio de imagen y el diseño minimalista”.

“Otra de las cosas que analizamos con La Flor es cómo hacer un vino sustentable pero sin que sea una palabra vacía de contenido y por eso lo hacemos con botellas de vidrio reciclado y una política de reducción de huella de carbono hasta en los envíos”.