A los 28 minutos del primer tiempo, se destrabó el partido en el mítico estadio de Wembley. Giovani Lo Celso cortó rápido una salida desde el fondo de la Selección de Italia. Se la dio a Lionel Messi que giró sobre la marca de Giovanni Di Lorenzo, encaró con guapeza sobre la izquierda y se fue metiendo en el área.
La Pulga hizo todo bien: aguantó la presión del marcador, que le tiró todos los manotazos que pudo, y con la cabeza levantada, metió un centro punzante al corazón del área que Lautaro Martínez, el máximo goleador del ciclo Scaloni, solo tuvo que empujarla abajo del arco con el revés de su pie derecho.
Hasta ese momento, el partido había sido parejo, aunque la Selección había mostrado un poco más de ambición. Esa fue la llave que destrabó el duelo que a partir de ahí fue todo para Argentina.
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