La Policía Federal brasileña formalizó su imputación al jugador de Flamengo, Bruno Henrique, en la causa por apuestas ilegales, acusado de forzar una amonestación en lo que fue el partido en 2023 para beneficiar a apostadores.
La Policía Federal brasileña formalizó su imputación al jugador de Flamengo en lo que fue el partido frente a Santos en 2023 donde hizo una falta, se ganó la amarilla, pero en medio de las eufóricas protestas al árbitro, Rafael Klein lo expulsó. Creen que benefició a tres familiares implicados.
La Policía Federal brasileña formalizó su imputación al jugador de Flamengo, Bruno Henrique, en la causa por apuestas ilegales, acusado de forzar una amonestación en lo que fue el partido en 2023 para beneficiar a apostadores.
Se trata del encuentro contra Santos del 1° noviembre del 2023, cuando el delantero se hizo expulsar de manera insólita sobre el final partido cuando el Mengão perdía 2 a 1 frente al conjunto paulista: Yeferson Soteldo aguantaba la pelota para dejar pasar el tiempo y el extremo lo fue a buscar, le hizo una falta y se ganó la amarilla, pero en medio de las eufóricas protestas al árbitro, Rafael Klein lo expulsó.
Tras una ardua investigación, los operadores de tres casas de apuestas alegaron movimientos sospechosos por el accionar y en agosto de 2024 se inició la investigación, esto se debe a que en un sitio el 98% de las apuestas por tarjetas estaban dirigidas al implicado y mientras que otro sitio reportó un 95%. Cifras inesperadas al tratarse de un delantero sin un historial de sanciones disciplinarias recurrentes.
Además de Henrique, también fueron denunciados Wander Nunes Pinto Júnior (su hermano) Ludymilla Araújo Lima (esposa de Wander, cuñada de Henrique), Poliana Ester Nunes Cardoso (prima del futbolista) y un grupo de seis personas cercanas a Wander.
Tanto Bruno Henrique y Wander son acusados de vulnerar el artículo 200 de la Ley General del Deporte de Brasil, con pena entre dos a seis años de prisión. Además, se le agrega la acusación de fraude porque la cual podría caberle una pena entre uno y cinco años de encarcelación. Todos los demás implicados también fueron denunciados por fraude.
Sobre la investigación, el medio local Metrópoles, publicó capturas de conversaciones por WhatsApp entre el futbolista y su hermano, donde el delantero le anticipa que se hará amonestar contra Santos para que apueste en el encuentro.
Ante el conocimiento de la imputación de Bruno Henrique, Flamengo emitió un comunicado donde asegura que, por el momento, el club “no ha sido notificado oficialmente por ninguna autoridad pública sobre los hechos que han sido reportados por la prensa sobre el deportista”.
“El Club está comprometido con el cumplimiento de las reglas del juego limpio en el deporte, pero también defiende la aplicación del principio constitucional de presunción de inocencia y del debido proceso, con énfasis en el procedimiento contradictorio y la plena defensa, valores que sustentan el Estado democrático de derecho”, agregó la institución de Río de Janeiro.
La investigación comenzó a raíz de un informe realizado por la Unidad de Integridad de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). El organismo tiene contratos con empresas que vigilan los movimientos en las casas de apuestas y cada vez que hay una actividad sospechosa se comunican a las autoridades.
“Hubo sospechas de manipulación de tarjetas en el partido del Campeonato Brasileño”, dijo la PF en un comunicado sobre la operación. Si bien en el mismo no se menciona al delantero ni el partido en el que se produjo la supuesta manipulación, por fuentes con conocimiento del asunto el nombre del delantero fue confirmado a Reuters.
La sospecha se centra en las tarjetas del jugador en un partido contra el Santos a finales de 2023. En aquella ocasión, el futbolista recibió una tarjeta amarilla y, tras quejarse en voz alta al árbitro, fue expulsado. A raíz de ello tres empresas de la región notaron que, antes del encuentro, crecieron de manera exponencial la cantidad de apuestas que sostenían que el delantero iba a ver la roja sobre el final.
De esta manera, el jugador y los corredores de apuestas están siendo investigados por el delito contra la incertidumbre de un resultado deportivo, que conlleva una pena de dos a seis años de prisión.