A 30 años del reconocimiento a Diego Maradona en Oxford: "Maestro Inspirador de los que Sueñan"
A poco de su regreso a las canchas tras la suspensión por dóping, el Diez habló ante un emocionado auditorio inglés que le perdonó la Mano de Dios y lo ovacionó como a nadie. Defendió a los jugadores, criticó al fútbol negocio y dejó una huella imborrable.
Diego Maradona y un viaje frenético a Inglaterra en plena temporada de Boca para hablar en la Universidad de Oxford.
En el año en el que Diego Armando Maradona habría cumplido 65 años —¿o cumple? mejor en presente—, se suceden los hitos en el calendario litúrgico maradoniano: el 6 de noviembre de 1995, hace tres décadas, el Diez era ovacionado por miles de estudiantes de la casi milenaria Universidad de Oxford, en el Reino Unido, y recibía el título de “Maestro Inspirador de los que Sueñan”.
Aquella tarde inglesa, el crack de Villa Fiorito se presentó invitado por el Oxford Union, una agrupación estudiantil dedicada a los debates y los discursos de personalidades destacadas. Su exposición fue impulsada por Esteban Cichello Hübner, un argentino que en aquel momento era alumno de la casa de estudios fundada en el siglo XI y hoy es docente.
Diego había regresado a Boca pocas semanas atrás, primero en un amistoso ante Corea del Sur en Seúl y luego ya oficialmente en el inicio del Torneo Apertura, con el 1 a 0 ante Colón en la Bombonera en el que tuvo un conflicto con Julio César Toresani que derivó en la célebre frase de “Segurola y Habana”. Lucía un excelente estado físico, barba candado y la recordada franja amarilla en el costado derecho de su cabellera.
En varias entrevistas, Cichello Hübner (quien había conocido a Maradona cuando trabajaba en un hotel en Buenos Aires) contó lo difícil que había sido concertar la presentación, dada la negativa del grupo universitario de recibir a “un drogadicto”. Movió cielo y tierra para convencerlos e incluso acudió a la BBC para argumentar a favor de la presencia de un ídolo popular. Finalmente, aceptaron. La convocatoria fue de las mayores de la historia de la institución, solo superada por la reina Isabel en 1968.
Diego Maradona Oxford 1995
La presencia de Diego Maradona en la Universidad de Oxford convocó a autoridades y estudiantes.
El Gráfico
Con el propio Cichello Hübner como intérprete, Pelusa habló de los picados en los potreros argentinos y de la pasión de los hinchas, pero hizo hincapié en el desarrollo del fútbol como negocio y criticó “la convicción casi mayoritaria de que los jugadores de fútbol eran personas incultas, muy rudimentarias o primitivas”.
“El jugador de fútbol se merece respeto y qué le pregunten cómo quiere jugar, porque se va a sentir mejor y va a dar un mejor espectáculo a quien paga la entrada. Por eso hemos creado la Asociación Internacional de Futbolistas Profesionales (AIFP), para darle batalla a los dirigentes que nos hacen jugar a 45 grados de calor”, sostuvo, y defendió a los jugadores “sin posibilidades de acceder a la educación o a una buena alimentación, vestimenta o a la medicina”.
Sobre el final, le acercaron una pelotita de golf para que hiciera jueguito. “Esto se hace con zapatillas, no con zapatos. Si no me sale no es culpa mía. Si no, que me traigan unas zapatillas”, se atajó. Sin embargo, como no podía ser de otra manera, ejecutó el truco a la perfección, bajo la ovación de los presentes. Quedaron para el recuerdo las imágenes con la toga y el birrete, y el título, para siempre, de “Maestro Inspirador de los que Sueñan”.
El recuerdo de Diego Maradona de su visita a la Universidad de Oxford: “Se me cayeron las medias”
“Varios, que no eran pocos, también pensaban que los futbolistas éramos todos unos ignorantes: y la mejor respuesta no se la di yo, sino la prestigiosa Universidad de Oxford”, repasó el Diez en su autobiografía Yo soy el Diego, publicada en 2000.
“Esa sí que fue una de las más grandes alegrías de mi vida: que me reconocieran en ese lugar. Por eso hice un esfuerzo enorme para estar. [...] Aterricé en Londres y en una camioneta me llevaron hasta Oxford. En menos de veinte minutos estaba parado frente a un montón de estudiantes de todo el mundo, que me aplaudían como si hubiera hecho el mejor gol de mi vida”, recordó.
“La idea había sido de un pibe argentino a quien le voy a estar agradecido toda mi vida, Esteban Cichello Hübner. Durante treinta y cinco minutos leí un discurso que me habían ayudado a escribir [el abogado, Daniel] Bolotnicoff y [su representante, Guillermo] Cóppola. Para mí, era un desafío, un desafío en serio: volví a leer en público desde mis tiempos de la primaria. El sentido de lo que dije aquella vez era el que me había movido siempre: demostrar que los jugadores de fútbol no somos ignorantes, defender la dignidad del jugador”, sostuvo el ídolo.
Diego Maradona Oxford 1995
Diego Maradona y un reconocimiento en el país que sufrió sus dos goles más emblemáticos.
“Después, los pibes me empezaron a hacer preguntas, y eso me gustó todavía más. Tal vez porque estaba emocionado, o porque los que me preguntaban se lo merecían más que nadie, reconocí que el gol a los ingleses, aquel de la mano de Dios, había sido en realidad con la mano de... Diego. Pero les expliqué, les expliqué enseguida por qué lo había hecho: porque lo haría contra cualquier equipo del mundo, por mi forma de ser, porque siempre busco lo mejor... para los míos. Sentía que el tiempo había curado todo, la verdad, y por eso me animé a decirlo", agregó, pícaro.
"Después, me tiraron una pelotita de golf y me pidieron que hiciera jueguito. Me atajé, les dije que eso se hacía con zapatillas, por lo menos, y no con los zapatos brillosos que tenía, pero me animé igual: la levanté con la zurda y le pegué, una, dos, tres, diez veces... y la tribuna se vino abajo. Me gritaban: ¡Diegouuu, Die-gouuu!, con acento inglés, y a mí se me cayeron las medias", revivió, emocionado.
"Muchas gracias les dije y muchas gracias les repito, hoy. Porque me hicieron sentir orgulloso, porque me obligaron a confesar en quién había pensado, cuando estaba allí, rodeado por los estudiantes de una de las universidades más prestigiosas del mundo, los mismos que me habían premiado, me habían entregado una toga y me habían nombrado Maestro Inspirador de Quienes todavía Sueñan: en mis hijas... y en mis viejos, que me dieron la educación que pudieron", concluyó.