Cada Luna Nueva es una puerta que se abre. Una invitación del cielo para sembrar intenciones y conectar con la Ley de Atracción. Pero cuando ocurre en Tauro —como este domingo 27 de abril—, el llamado se vuelve terrenal. ¿Es mito? ¿Es magia? ¿O las dos cosas?
Tauro es un signo de tierra, ligado al placer, la estabilidad, los valores y lo que da sustento. Durante esta lunación, el universo nos invita a sembrar deseos relacionados con el dinero, la seguridad, el cuerpo, el arte, el amor propio y los vínculos que nos nutren. Pero ojo: no se trata solo de desear, sino de encarnar lo que queremos atraer.
Recordemos que cuando la Luna está en fase nueva, significa que el Sol y la Luna están en conjunción, es decir, se encuentran en el mismo signo y grado del zodíaco. Desde la Tierra, la Luna no refleja luz solar, por eso no la vemos en el cielo nocturno. Es un ciclo de inicio energético, ideal para sembrar intenciones, visualizar deseos, lanzar proyectos o simplemente resetear.
Astrología Tauro
Por esta razón, los expertos compartieron algunos consejos para sobrellevar este momento que seguramente les causará angustia durante varios días.
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¿Mito o magia? Qué sucede con la luna nueva
Un mito es un relato simbólico que transmite verdades profundas sobre la vida, los ciclos, los arquetipos humanos. El mito de Tauro, muchas veces ligado al centauro y a la conexión con lo instintivo, nos recuerda la sabiduría de la naturaleza y la sensualidad sagrada del cuerpo.
La magia ocurre cuando alineamos intención, emoción y acción. En Luna Nueva, esa energía se potencia: escribir deseos, visualizar, agradecer por adelantado y conectar con lo que queremos atraer no es superstición, es un acto simbólico con fuerza psíquica y energética.
¿Entonces? No es mito o magia. Son las dos cosas. El mito da sentido. La magia nos invita a crear realidad desde ese sentido. La Luna Nueva taurina nos recuerda que no se trata solo de mirar el cielo, sino también de hundir las manos en la tierra. En conclusión, en el signo taurino, el mito nos habla del poder del deseo y la conexión con lo instintivo. Por su lado, la magia se revela en el arte de manifestar lo deseado paso a paso, desde el cuerpo, la materia y el placer.