Mejorar la calidad de la señal de internet en casa es posible sin necesidad de contratar planes más caros ni cambiar de proveedor. Existen ajustes simples y prácticas cotidianas que pueden marcar una gran diferencia en la estabilidad y velocidad del WiFi.
Los problemas de conexión, como cortes o baja intensidad en determinadas habitaciones, no siempre están relacionados con fallas externas. En muchos casos, la ubicación del módem, la configuración del router o el uso de protocolos antiguos son los verdaderos responsables de que la red no funcione al máximo rendimiento.
Aplicar una serie de trucos sencillos ayuda a aprovechar mejor la cobertura y garantizar que todos los dispositivos se conecten de manera más eficiente. Con unos pocos cambios en el equipo y el entorno, se puede lograr que la señal llegue con mayor potencia a cada rincón del hogar.
Wi fi router
El método definitivo para detectar si tu vecino se conectó al Wi-Fi
Cómo configurar el router de WiFi
Acceder a la configuración del módem desde un navegador es el primer paso para optimizar la conexión. Una vez dentro, utilizando el usuario y la contraseña que figuran en la etiqueta del dispositivo, es necesario localizar el apartado de Red inalámbrica o Wireless.
En la sección correspondiente a la banda de 2.4 GHz, se debe deshabilitar los estándares obsoletos, como 802.11b y 802.11g, y dejar activos únicamente los más recientes, como Wi-Fi 4, 5 o 6. Esta simple acción evita que los equipos se conecten con menor velocidad y logra que toda la red funcione de manera más ágil y estable.
Finalmente, es importante guardar los cambios realizados y reiniciar el router para que la nueva configuración comience a aplicarse. Con esta medida se puede conseguir un incremento notable en la velocidad de navegación sin necesidad de cambiar de equipo ni aumentar el precio del servicio contratado.