En medio de un profundo dolor, familiares, amigos y conocidos le dieron el último adiós a Timoteo Tintilay, el taxista que se subió al capot de su auto para evitar que se lo roben, fue arrastrado 17 cuadras y murió al salir despedido en el cruce de la avenida Juan de Garay y Maza cuando el ladrón chocó a toda velocidad contra un Peugeot 206.
En una ceremonia en una cochería de la calle Pavón, a 10 cuadras de donde ocurrió todo, "Tino" -para los que lo conocían- fue despedido en medio de un contundente pedido de justicia. "Mi papá fue solo a trabajar y se encontró con esta tragedia, queremos justicia por él, no podemos creer todo lo que pasó", señaló su hija Graciela.
"Mi papá fue solo a trabajar y se encontró con esta tragedia." "Mi papá fue solo a trabajar y se encontró con esta tragedia."
Tintilay llevaba casi tres décadas trabajando de taxista. Llegó a Buenos Aires desde un pequeño pueblo de Jujuy, Yavi Chico. Su hijo, Lucas, contó que "se vino con una mano atrás y otra adelante, era un hombre muy trabajador".
El sábado todavía eran las 11 de la mañana cuando "Tino" paró en la panadería, en la esquina de San Juan y Pichincha, a comprar. En ese momento Daniel Robledo se subió a su auto, una Chevrolet Spin, e intentó escapar. El taxista en una maniobra desesperada se subió al capot, pero nunca imaginó lo que iba a suceder.