Hoy, viernes 3 de noviembre, la Iglesia católica conmemora en su santoral a aquellos que han sido canonizados como santos.
Era el hijo ilegítimo de un hidalgo español que había sido gobernador de Guayaquil y de una mujer afrodescendiente que era liberta en Panamá.
Hoy, viernes 3 de noviembre, la Iglesia católica conmemora en su santoral a aquellos que han sido canonizados como santos.
En esta fecha se recuerda a una persona que se inició en el oficio de barbero, un trabajo que en esa época abarcaba mucho más que simplemente cortar pelo, ya que incluía la extracción de dientes, muelas y la práctica de sangrías.
De este modo, logró ganarse la vida y su labor le permitió ayudar de manera efectiva a los pobres que no podían costear sus servicios.
Hoy, viernes 3 de noviembre, la Iglesia católica conmemora a San Martín de Porres, reconocido como el primer santo afroamericano. Nació en Lima, Perú, en 1579.
Martín de Porres Velázquez se destacó como barbero en el siglo XVII, un oficio que incluía tareas como sacar dientes, hacer sangrías, y preparar hierbas para curar diversas dolencias. Aprendió sobre medicina indígena y el uso de plantas curativas en su adolescencia en Malambo, y amplió su conocimiento como ayudante de un médico español.
Su destreza y dedicación lo llevaron a servir a los hermanos dominicos, ganándose una gran reputación en Lima. Personas de todas las clases sociales acudían a él en busca de curación, y también atendía a animales, aunque siempre se centraba en los más necesitados.
Fuera del convento, enseñó la doctrina cristiana a mendigos, indígenas, esclavos y huérfanos, y fundó el Asilo y Escuela de Santa Cruz con el apoyo financiero de nobles, brindando educación y oficio a quienes lo requerían.
Se le atribuyeron varios milagros, incluyendo el don de la profecía y la bilocación, virtudes que utilizó para ayudar a los más desamparados.
El santoral de hoy, 3 de noviembre, festeja las siguientes onomásticas:
En aquellos días, habló Moisés al pueblo y le dijo: “Teme al Señor, tu Dios, y guarda todos sus preceptos y mandatos que yo te transmito hoy, a ti, a tus hijos y a los hijos de tus hijos. Cúmplelos siempre y así prolongarlás tu vida. Escucha, pues, Israel: guárdalos y ponlos en práctica, para que seas feliz y te multipliques. Así serás feliz, como ha dicho el Señor, el Dios de tus padres, y te multiplicarás en una tierra que mana leche y miel.
Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas. Graba en tu corazón los mandamientos que hoy te he transmitido”.
En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?” Jesús le respondió: “El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos”.
El escriba replicó: “Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios”.
Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: “No estás lejos del Reino de Dios”. Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Santoral Católico: