La Policía de Mendoza investiga a un agente tras la muerte de un hombre de 37 años, quien fue baleado en la cabeza durante un confuso episodio ocurrido en Luján de Cuyo.
La víctima tenía antecedentes y, según informaron, el agente quería detenerlo. El hombre de 37 años le habría robado su arma reglamentaria y otras pertenencias semanas atrás.
La Policía de Mendoza investiga a un agente tras la muerte de un hombre de 37 años, quien fue baleado en la cabeza durante un confuso episodio ocurrido en Luján de Cuyo.
El hecho tuvo lugar cuando el uniformado creyó reconocer al sospechoso como partícipe del robo de su arma reglamentaria y otras pertenencias.
El agente, de unos 40 años, circulaba por la intersección de las calles Libertad y Azcuénaga, luego de finalizar su jornada laboral. En ese momento, observó a un hombre que conducía un Chevrolet Prisma y que, según él, coincidía con la descripción el propio vehículo que habría sido utilizado en el robo ocurrido el 3 de octubre.
Cuando intentó detenerlo para identificarlo, el conductor aceleró y escapó, por lo que el efectivo desenfundó su arma y efectuó varios disparos contra el automóvil, que continuó su marcha por la calle Chiclana. Uno de los proyectiles impactó en la cabeza del conductor, quien perdió el control del vehículo y chocó contra un auto estacionado.
Bomberos voluntarios de Luján de Cuyo acudieron al lugar y rescataron al herido, que fue trasladado de urgencia al Hospital Central. Los médicos constataron que presentaba una herida de arma de fuego en la región occipital derecha, sin orificio de salida.
A pesar de haber sido internado en terapia intensiva, el hombre falleció durante la madrugada del martes debido a la gravedad de la lesión, lo que complicó la situación judicial del agente involucrado, quien ya había sido detenido por orden de la Fiscalía de Homicidios.
El Ministerio Público evalúa imputarlo en las próximas horas, a partir de los elementos incorporados a la causa. Por el momento, la investigación continúa bajo la carátula de “averiguación de muerte”, aunque no se descarta que la figura legal cambie a “homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por ser funcionario policial”. También se analiza la posibilidad de encuadrar el hecho como “homicidio en exceso de legítima defensa”, una calificación de menor gravedad penal.