¿Más cerca de la Luna? La NASA afina detalles para la nave tripulada de su próxima misión

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio avanza con el objetivo puesto en Orion y en la Luna.

Después de más de medio siglo sin enviar personas al entorno lunar, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) dio un nuevo paso hacia el regreso de sus astronautas al espacio profundo. A comienzos de mayo, la nave Orión fue trasladada en Florida para ser equipada con todo lo necesario para su travesía. La misión Artemis II está programada para principios de 2026 y representa el primer vuelo tripulado de esta ambiciosa campaña. Los avances marcan el inicio de una etapa clave en el calendario espacial de los Estados Unidos.

El viaje durará diez días y será una prueba decisiva antes de volver a pisar la Luna. La tripulación incluirá a tres astronautas de la agencia espacial estadounidense y uno de su par canadiense. Antes del despegue, se realizarán pruebas exhaustivas en los sistemas de soporte vital, navegación y comunicación. Cada fase del proceso está diseñada para garantizar la máxima seguridad del equipo humano a bordo.

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Qué preparativos tiene la NASA para la misión Artemis II

La NASA dio a conocer que el 5 de mayo sus técnicos trasladaron la nave Orión desde el Centro Neil A. Armstrong hacia una instalación especial dentro del Centro Espacial Kennedy. En ese lugar comenzará el proceso de carga de propulsores, gases de alta presión, líquidos refrigerantes y otros fluidos indispensables para que la nave cumpla con sus funciones durante el viaje. Esta operación, que implica altos niveles de riesgo, se realizará de manera remota desde el Centro de Control de Lanzamiento, en cumplimiento con los estrictos protocolos de seguridad.

Una vez finalizado el abastecimiento, la tripulación participará de una prueba fundamental. Los cuatro astronautas vestirán sus trajes del Sistema de Supervivencia de la Tripulación y se introducirán en la nave para testear todas las interfaces y controles que manejarán durante la misión. Este ensayo permitirá verificar que todo el equipamiento responda de manera adecuada ante las exigencias del entorno espacial. La validación técnica es indispensable antes de continuar con las próximas etapas.

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Luego llegará el turno de instalar el Sistema de Aborto de Lanzamiento, una estructura crítica compuesta por motores y mecanismos que actuarán en caso de emergencia durante el ascenso. Su función será llevar a la tripulación a un lugar seguro si se detecta alguna anomalía en el cohete SLS. Luego de realizar esta integración, Orión será trasladada al Edificio de Ensamblaje de Vehículos para ser montada sobre el sistema de lanzamiento, en una de las últimas fases antes del despegue.

Durante las semanas previas, la nave ya había superado varias pruebas exigentes. En el Centro de Operaciones y Verificación se integraron miles de piezas, desde módulos de servicio hasta adaptadores técnicos. También se realizaron ensayos en condiciones de vacío y pruebas acústicas, con el objetivo de comprobar que todos los componentes soporten el estrés del espacio.

Si la misión de Artemis II tiene éxito, se logrará un avance más que importante para el futuro de la humanidad, ya que no solo pondrá a prueba la nave, sino también la preparación total del sistema de exploración que busca llevar a astronautas un paso más cerca de Marte y de futuras exploraciones.

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