Los gestos, posturas corporales, miradas y tonos de voz son más importantes para medir el grado de aceptación o rechazo durante una conversación que las palabras, según comprobó una investigación que analizó 558 señales en diálogos interpersonales.
Una investigación señala que los otros perciben la aceptación en el diálogo principalmente a través de miradas y silencios más que por el acuerdo verbal con las ideas.
Los gestos, posturas corporales, miradas y tonos de voz son más importantes para medir el grado de aceptación o rechazo durante una conversación que las palabras, según comprobó una investigación que analizó 558 señales en diálogos interpersonales.
El estudio de la Universidad Austral se realizó a 143 alumnos de posgrado de la institución educativa en el período 2020-2025, con el objetivo de explorar cómo se perciben los feedbacks de aceptación y rechazo (verbal y no verbal) en el diálogo interpersonal.
"La aceptación no es lo mismo que estar de acuerdo, sino que tiene que ver con aceptar que el otro piensa y siente lo que me está transmitiendo", explicó en diálogo con C5N Roxana Fantín, doctora en Comunicación y docente investigadora principal del estudio. La aceptación, añadió, remite a una dimensión más profunda: "Tiene que ver con habilitar al otro a pensar y sentir lo que está transmitiendo, aun cuando no estemos de acuerdo".
Durante el análisis determinaron que "las personas pudieron detectar muchas más señales no verbales que verbales", pero "las señales no verbales duplican en cantidad a los feedbacks verbales, por lo menos en el plano de la aceptación".
"Esto quiere decir que si uno lo pasa por la conciencia lo puede percibir y hay un montón de aspectos que van más allá del contenido de lo que el otro me dice, de la palabra, de estar de acuerdo o no, que uno percibe y ahí están todos los aspectos de la gestualidad", remarcó.
El estudio se enmarca en la definición del Emmanuel Lévinas, un filósofo del siglo XX, sobre "aceptación" como "recibir a la persona en su totalidad, más allá de coincidir o no con su forma de pensar". Fantín contó que la investigación constó en decirle a los alumnos que durante una semana traten de registrar en sus diálogos, de qué manera se daban cuenta los feedbacks de que estaban siendo o aceptados o rechazados, tomaron nota y de esos registros se armaron estas categorías que están en el informe.
"La aceptación se manifiesta fuertemente en los aspectos no verbales y el cuerpo, por supuesto, habla y transmite esa aceptación o el rechazo", aclaró Fantín. Dentro de ese plano, la mirada aparece como una de las variables de mayor peso, junto con la sonrisa, concentrando en el rostro una gran cantidad de feedbacks percibidos.
Entre los feedbacks que más le llamaron la atención a la investigadora fue la sonrisa, el "el segundo en valor como feedback de aceptación dentro de las señales no verbales", detrás de la mirada. "Entonces la sonrisa suele ser un gesto de estar a gusto, más allá de estar de acuerdo o no con lo que me está diciendo", sentenció.
En la investigación, de la que también participaron Sol Jouliá, Marina Lopez Saudibet y Agustina Zapiola, revela que dentro de los feedbacks de no aceptación, de rechazo, la interrupción es el primero, el de más alto valor.
"Es interesante. La interrupción es como negar al otro la posibilidad de, así como en la aceptación uno habilita al otro, la interrupción es que el otro no puede seguir expresándose, tiene que ver más, quizás con ignorar al otro, el segundo feedback es rechazar la emocionalidad del otro", añadió.
¿Y con la aceptación? Los principales gestos destacados en el informe son la mirada, la sonrisa, sentir con la cabeza, la postura del cuerpo, el tiempo disponible, el cuerpo de frente, dan cuenta que la persona está siendo aceptada. "Nosotros somos muy poco conscientes de lo que hace nuestro cuerpo mientras dialogamos porque nos concentramos más en las palabras, entonces esto uno podría decir es mucho más difícil mentir la aceptación o dibujarla o de alguna forma manipularla porque lo estamos diciendo de una manera que a la propia persona le resulta más inconsciente, que es a través de toda nuestra gestualidad, de la posición corporal", subrayó.
Uno de los temas que más le llamó la atención del estudio a Fantín fue la relación del tiempo con la aceptación, mediante pequeñas acciones como "mirada enfocada, en un silencio, en no interrumpir, todos estos tipos de gestualidades transmiten que hay espacio". "El darle el tiempo al otro, es decir, que yo sienta que el otro me está dando tiempo, me hace sentir aceptado", afirmó.
Es una época donde las personas carecen de tiempo, las conversaciones son más efímeras y los audios de WhatsApp pueden adelantarse en velocidad. "Por ahí el tiempo disponible a veces son 10 minutos, una hora, dos horas. No es tanto eso, sino la sensación de que hay tiempo para darte, ¿no?", reflexionó.