La ola de frío polar volvió a azotar y el micro solidario donde los sin techo pasan la noche salió de recorrida por la Ciudad. El colectivo sirve de refugio para la gente en situación de calle, que tiene un colchón y un plato de comida a metros del Obelisco.
Aquí comienza el trabajo de la ONG Vida Solidaria Argentina, donde 34 personas prestan su tiempo y energía para dar abrigo a los que menos tienen en una Argentina golpeada por el ajuste y la recesión de Javier Milei. La misión recorre las calles porteñas, desde el Obelisco, pasando por el Congreso y siguen hasta Plaza Once y vuelven sobre ese itinerario para asistir a qiuenes no tienen donde dormir.
En el programa Minuto Uno por C5N, con la conducción de Gustavo Sylvestre, el cronista Hernán Nucera entrevistó a una voluntaria: "Se apagan las luces del micro y la gente se plancha hasta el otro día. Salimos a la calle para acercarnos al asistido", comentó.
Alejandro, Cristian, Juan y María, son sólo 4 de los 34 desamparados que usan el vehículo cada noche para sobrellevarla un poco mejor: "Acá descansamos bien, es muy familiar. Lo malo es abandonarse. No hay que perder la dignidad", aseguró uno de ellos.
Los voluntarios invitan a la gente en situación de calle a subir al micro solidario
C5N
"Hace mucho frío y afuera corremos el riesgo de que nos saquen los colchones y el abrigo. Estoy laburando 14 horas y duermo acá para ahorrarme la plata del hotel. Es esto o mis hijos pasan hambre", agregó otro hombre. La mujer les agradeció porque "vienen" y "están ayudando". Lo describe como algo "muy bueno" ante la falta de un Estado presente.
Al lado, un cartonero cuenta lo duro que es llevar ayuda a su familia: "Estoy hace 5 meses en la calle, trabajo con un carro juntando cartón desde las 10 hasta las 8 de la noche. El kilo de cartón sale 60 pesos. Hoy llené 2 bolsones y saqué 9 lucas (9 mil pesos). Anoche no dormí nada en toda la noche", aseguró.
Los asistentes sociales se presentan y hablan con los refugiados a quienes tratan con todo respeto. Los nombran como a uno más, los abrazan y les preguntan si quieren subir al vehículo. En el interior, los reciben con un plato caliente antes de acostarse y en unas horas tendrán el desayuno.
Esta apuesta solidaria intenta parar el dramático número de cinco indigentes muertos por el frío en las calles porteñas. En medio de temperaturas extremas y la llovizna, es lo más parecido a una casa, con calefacción, con comida y abrigo, lo esencial para pasar la noche y poder seguir adelante al otro día. Mañana podrán tomar sus pertenencias para luchar en una Argentina que duele.