En la última jornada de alegatos por el crimen de Fernando Báez Sosa, los ocho rugbiers acusados estuvieron presentes mientras el abogado Hugo Tomei hacía su exposición. En la misma, se los pudieron observar con una escucha atenta y gestos de indiferencia ante el pedido de "absolución".
Antes que arranque la jornada, Graciela, madre de Fernando, pidió la palabra y emitió un desgarrador mensaje al afirmar que "hubiese deseado que las patadas sean para mí".
"Nunca pensé que estaría en este lugar. Siempre pensé que algún día mi hijo se recibiría y estaría viendo cómo defendía a la gente, pero nunca presenciar el asesinato de mi hijo", explicó Graciela con una mirada seria mirando a los jueces.
Fue en ese momento, cuando pudo verse a Máximo Thomsen, secándose las lágrimas, algo que no había ocurrido hasta el momento en el juicio.
Durante la jornada, Hugo Tomei adelantó que pedirá la absolución de los imputados, sostuvo que "el hecho no está probado" y que "los acusadores probaron otro hecho".
Tras mostrarse conmovido por las palabras de la madre de la víctima, el letrado cuestionó las palabras de Fernando Burlando, abogado de los padres de Fernando, en los medios de comunicación. Luego, puso el foco en la cuestión procesal y aseguró que "el hecho no está probado", por lo que pedirá "la absolución de los imputados".
"Si los ocho tuvieron un conflicto dentro del boliche, no fue solo uno. De estos ocho, cinco le pegaron a Báez Sosa y tres a sus amigos. En el alegato todos le pegaron a Báez Sosa, entonces no estamos hablando de lo mismo. Es una cuestión extremadamente técnica: se imputó una cosa distinta de la que se alegó ayer", explicó Tomei.