Cristian Graf, el hombre de 58 años que se había convertido en el principal sospechoso por el presunto encubrimiento del crimen de Diego Fernández Lima, sostuvo que está "mucho más tranquilo" tras ser sobreseído y aseguró que "se inventaron cosas".
En un breve contacto con la prensa en la puerta de su domicilio, Graf celebró que el juez Alberto Litvack “se dio cuenta” de que no es culpable.
“Ahora estoy mucho más tranquilo”, añadió Graf, quien se encontraba acusado por los delitos de “encubrimiento” y “supresión de evidencia”. Sin embargo, expresó su bronca por las “acusaciones truchas” porque se “inventaron cosas”.
“El resto fue todo inventado”, insistió el dueño de la vivienda donde aparecieron los huesos de Fernández Lima, quien jugaba al fútbol en Excursionistas y asistía a la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N°36 “Almirante Brown”.
Quién era Diego Fernández Lima y cómo desapareció
Diego Fernández Lima, el adolescente de 16 años cuyos restos fueron encontrados el 20 de mayo de este año en un chalet de Coghlan, era alumno de una escuela técnica, jugaba al fútbol y estaba desaparecido desde el 26 de julio de 1984, cuando salió de su casa para visitar a un amigo y nunca regresó.
Su identidad fue confirmada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) luego de un análisis de ADN que comparó sus restos con una muestra que proporcionó su madre. Un sobrino del joven se acercó a la Justicia tras sospechar que los huesos encontrados en la vivienda de Avenida Congreso al 3700 podían corresponder a su tío.
Diego era alumno de la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N°36 y jugaba al fútbol en el club Excursionistas de Belgrano, donde entrenaba todos los días menos los jueves, según informó Clarín. El día de su desaparición, almorzó con su mamá y le pidió plata para ir en colectivo a la casa de un amigo.
Salió vestido con su uniforme y nunca aclaró a quién iba a visitar. La última vez que lo vieron con vida fue esa tarde en la esquina de Naón y Monroe, a pocas cuadras de su casa. Cerca de las 20:30, sus padres se preocuparon porque no volvía y fueron a la Comisaría 39 a hacer la denuncia, pero no se la tomaron.
Los efectivos argumentaron que seguramente se había ido por su propia voluntad y no tardaría en volver. La familia de Diego nunca dejó de buscarlo y trató de llegar a los medios. Dos años después se publicó una entrevista en la revista ¡Esto! donde sus padres planteaban la hipótesis de que lo habría raptado "una secta".
Durante décadas, no supieron nada de él. El misterio empezó a resolverse el 20 de mayo pasado, cuando un grupo de obreros demolió una medianera en una casa de Coghlan y encontró restos humanos.
Tras la denuncia, los investigadores hallaron unos 150 fragmentos de hueso, un corbatín, un llavero y un reloj marca Casio modelo C90 con calculadora que les permitió estimar la fecha de muerte. Estos indicios, sumados al hecho de que se trataba de un adolescente, hicieron que un sobrino de Diego sospechara que podía tratarse de él.