Un hecho aberrante sobre abuso sexual en una escuela de Godoy Cruz, en la provincia de Mendoza, despertó la preocupación en la comunidad educativa vinculada a los retos virales de las redes sociales.
La denuncia la radicó la madre de la víctima después que el niño saliera de la escuela llorando y le terminó contando lo que padeció en el aula. Las autoridades explicaron que los agresores confirmaron que dicha agresión la sacaron de un “juego viral”.
Un hecho aberrante sobre abuso sexual en una escuela de Godoy Cruz, en la provincia de Mendoza, despertó la preocupación en la comunidad educativa vinculada a los retos virales de las redes sociales.
Según la denuncia de una mujer, su hijo de 13 años fue abusado sexualmente por tres compañeros dentro del aula en una clase de inglés. Si bien el hecho ocurrió en septiembre del año pasado, salió a la luz ahora tras la presentación de la mujer desatando un escándalo interno que obligó a la intervención de la Dirección General de Escuelas y la Justicia Penal de Menores. El caso fue confirmado por fuentes del Ministerio de Educación mendocino.
Ante el conocimiento del hecho, se abrió una investigación en la Justicia Penal de Menores, que caratuló la causa como “abuso sexual con acceso carnal”. Sin embargo, los adolescentes no pueden ser juzgados, ya que son inimputables, de acuerdo a la ley argentina.
Según relató la víctima a su madre, en durante la hora de clases fue increpado por sus tres compañeros mientras la profesora se encontraba asistiendo a otros seis alumnos cerca de su escritorio, explicándoles un procedimiento para descargar imágenes, informó el medio local El Sol.
De igual modo, tras el conocimiento del caso, los agresores justificaron el accionar al destacar que se trató de un “juego” que habían sacado de la red social TikTok, conocido como “chifla chifla”, que consiste en simular actos de violencia sexual disfrazados de bromas entre compañeros.
En este caso, uno de los agresores inmovilizó a la víctima, mientras otro le arrojaba plasticola. El tercer agresor procedió a realizarle tocamientos de índole sexual.
Luego que se conociera la noticia, rápidamente se activaron los protocolos de intervención correspondientes para brindar asistencia integral a la víctima, incluyendo apoyo psicológico.
Según se detalló, en el informe forense se especifica que no detectaron lesiones físicas externas visibles, pero sí se constató “dolor y enrojecimiento en la zona íntima del nene atacado”.
Por su parte, el informe psicológico realizado a la víctima fue contundente, revelando altos niveles de angustia. Sin embargo, y a pesar del trauma, continuó asistiendo al colegio, mientras que la Dirección General de Escuelas (DGE) dictaminó reubicar a los agresores en otro establecimiento educativo.