La impresionante transformación de Megan Fox: así se veía antes de los retoques

La actriz habló sin filtros sobre las cirugías estéticas. Las imágenes del antes y el después.

Megan Fox siempre estuvo en la mira del público, tanto por su carrera como por su aspecto físico. Durante años circularon rumores, exageraciones y teorías sobre las supuestas cirugías a las que se había sometido. En ese marco, la actriz decidió poner sobre la mesa todo lo que se hizo y lo que no, despejando dudas en una entrevista que dio que hablar.

La protagonista de Transformers reveló en el pódcast Call Her Daddy que, pese a las especulaciones, solo pasó una vez por el quirófano para hacerse una rinoplastia en sus veintes. “Si alguien se hace seis o siete intervenciones, la nariz directamente se cae”, dijo con ironía, dejando en claro que gran parte de lo que se dijo de ella eran inventos.

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Además, Fox reconoció que sí se sometió a cirugías de busto —primero entre las dos entregas de Transformers y luego para retoques tras la maternidad—, aunque insistió en que nunca recurrió a lifting, liposucción o extracción de grasa bucal, como muchos creían.

También admitió que hay un procedimiento que prefiere mantener en secreto porque, según aseguró, “no es conocido” y prefiere guardarlo para sí.

Fuerte: Megan Fox confesó que se sintió "violada" en Jennifer’s Body

Más allá de su apariencia, la actriz sorprendió al contar una experiencia traumática que vivió durante el rodaje de Jennifer’s Body en 2009. En una escena en la que debía lanzarse semidesnuda a un lago, Fox sintió que algo no estaba bien. “Me quedaba solo mi cuerpo como espacio de intimidad y me lo arrebataron”, relató años después.

Pese a las medidas de seguridad que había tomado la producción, Megan percibió lo que llamó una “energía rara” proveniente del otro lado del set. Su intuición no falló: al terminar la jornada, su representante le confirmó que un fotógrafo había logrado infiltrarse y captar imágenes sin su consentimiento.

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La actriz recordó que ese momento la devastó emocionalmente. Aunque llevaba ropa interior color piel y protección para el torso, sintió que la habían expuesto más allá de lo que estaba dispuesta a tolerar. “Me derrumbé y lloré”, admitió. El episodio le dejó secuelas de ansiedad y la obligó a refugiarse durante un tiempo en su casa, mientras los medios multiplicaban las notas sobre lo ocurrido.

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