Llega En el barro, el esperado spin-off creado por Sebastián Ortega que retoma el universo de El Marginal, la exitosa producción nacional que alcanzó reconocimiento a nivel mundial cuando llegó a Netflix y que, a lo largo de sus cinco temporadas, cautivó al público no sólo con su trama, sino también con sus personajes emblemáticos como "Marito" y "Diosito".
Según contó el propio director en diálogo con la prensa, la idea de crear En el barro surgió al terminar la última temporada de la serie original: “Queríamos evitar caer en una repetición e irnos en el momento justo. Entonces empezaron a surgir nuevas ideas y pensamos: ‘¿Por qué no seguir la historia de Gladys?’”. Y así fue como nació esta continuación, pero desde otra perspectiva: el de las mujeres.
En el barro 3
Gladys (Ana Garibaldi), Marina, (Valentina Zenere), Yael (Carolina Ramírez), Solita (Camila Peralta) y Olga (Erika de Sautu Riestra) pertenecen al grupo de "las embarradas".
Ahora, Gladys Guerra (Ana Garibaldi) -la esposa de “Marito” Borges, el mafioso que interpretaba el fallecido Claudio Rissi en El Marginal- es quien protagoniza esta nueva entrega tras caer presa luego de los eventos acontecidos en la quinta temporada de la serie original.
En este spin-off es trasladada hacia el penal La Quebrada junto a Marina Delorsi (Valentina Zenere), una modelo acusada de matar a su pareja; “La gallega” (Ana Rujas), una española que deja toda su vida anterior tras enamorarse de un criminal; Yael (Carolina Ramírez), una mujer de nacionalidad colombiana apresada por narcotráfico que tiene una hija menor de edad; Solita (Camila Peralta), una ladrona de origen humilde y Olga (Erika de Sautu Riestra), una profesional en cirugías estéticas que pierde a un paciente en una operación.
Dentro de la cárcel se encuentran con dos reclusas con largas condenas, que pertenecen a diferentes bandos: María (Cecilia Rossetto), una veterana de la prisión y “la Zurda” (Lorena Vega), quien maneja el negocio de los videos eróticos ahí dentro para hacer dinero y que las convictas puedan ayudar en sus hogares.
Es en ese contexto en el que “las embarradas” -apodo que le ponen a este grupo de detenidas- deberán enfrentar la vida allí dentro: tendrán que luchar contra la adversidad del régimen carcelario, con el desafío de conseguir su propio lugar, pelear por sus derechos y beneficios, y resistir el avasallamiento de las diferentes “tribus” que manejan el cotidiano de la cárcel.
En medio de estas tensiones -que empiezan por plata y escalan a venganzas-, la directora de la prisión, Moranzón (Rita Cortese) deberá mantener el control, pero sus manejos turbios y un oscuro negocio que trae entre manos no hacen más que complicarlo todo.
En el barro 2
La serie cuenta con la vuelta de personajes icónicos como Antín (Gerardo Romano) y la incorporación de intérpretes de renombre como Rita Cortese, quien interpreta a Moranzón, la directora de La Quebrada.
En esta ficción también participaron figuras de otros ámbitos, como la música y el deporte, e incluso exreclusas que hicieron de extras en la historia. Entre las personalidades que tuvieron su aparición en pantalla estuvo la artista María Becerra, quien interpreta a Cleo, personaje que tiene desarrollo a lo largo de la primera entrega.
Por su parte, Alejandra “Locomotora” Oliveras, la boxeadora que falleció el pasado 28 de julio, tuvo una aparición mucho más secundaria. Pero según adelantó Sebastián Ortega, durante la segunda temporada se explora más en profundidad su personaje, ya que llegó a grabar la continuación.
También vuelven actores conocidos de la entrega original, como Maite Lanata (Luna Lunati), Juan Minujín (Miguel Palacios) y Gerardo Romano (Sergio Antín). Y cuenta con actuaciones especiales de Michel Noher, Andrea Bonelli, Juan Gil Navarro, Justina Bustos y Juana Molina.
¿Vale la pena ver En el barro?
En definitiva, En el barro es un spin-off entretenido, con historias llamativas, un reparto excepcional, buena banda sonora y actuaciones destacadas. Funciona como una continuación sólida porque respeta la esencia de la serie original, incluye guiños para los fanáticos y, a la vez, es accesible para quienes no vieron El Marginal, porque sobreexplican ciertas situaciones.
El regreso de personajes icónicos le da un valor agregado, y entre ellos se destaca nuevamente Gerardo Romano con su inolvidable Antín, que cada vez que aparece en pantalla brilla por su excelencia.
Por supuesto que no todo es perfecto: hay situaciones poco realistas y personajes que no terminan de desarrollarse del todo, aunque puede que tengan más relevancia en la posterioridad (ya que hay, al menos, una segunda temporada confirmada).
Pero efectivamente, es un buen spin-off. La serie ofrece un cóctel intenso de golpes bajos, situaciones complejas, humor, drama y mucha violencia para poder captar la atención del espectador... y lo logra.