Oficialismo y oposición viven el verano al ritmo de las internas

La semana estuvo marcada por la cumbre de la Celac, que dejó cortocircuitos en el Frente de Todos. Mientras que en Juntos por el Cambio la carrera por la candidatura presidencial es cada vez más áspera.

El comienzo del proceso contra Horacio Rosatti y los demás supremos en la comisión de Juicio político y la reunión de la Celac en nuestro país, con la consecuente visita de Lula, marcaron una semana política que no estuvo exenta de mostrar una severa profundización de las internas en las dos coaliciones mayoritarias de la Argentina.

Por el lado del Gobierno, el conflicto surgió de hecho a partir de la visita del presidente brasileño. Sobre todo por la queja que se difundió por parte del ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro por no haber sido invitado al encuentro con los organismos de Derechos Humanos, sector con el que está consustanciado, no sólo por historia sino por militancia y gestión.

A partir del comentario, que no fue dicho en público pero sí muy difundido casi desde su origen, se armó un ida y vuelta muy al estilo del Frente de Todos. Su par en el Gabinete, Victoria Tolosa Paz, cuestionó la queja, Teresa García le contestó y Aníbal Fernández aprovechó la disputa para volver a instalar la idea, para muchos impensable, de que el Presidente busque la reelección.

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Una serie de cruces muy al estilo del Gobierno: repleto de reproches de gestión, de pertenencia y con el peronómetro en la mano de varios dirigentes.

Para algunos, esto puede estar vinculado a los propios defectos de origen del Frente de Todos, demasiado abarcativo, con miradas muy disímiles acerca de cómo resolver los problemas que dejó el macrismo y con algunas heridas no demasiado suturadas del pasado reciente.

Para otros, este es un problema intrínseco al peronismo en toda su historia. Incluso de cualquier movimiento de reivindicación popular. Las tensiones entre los sectores más críticos del status quo y los más cercanos al poder real, los más permeables a los cantos de sirena del establishment. El problema es que esa tensión no se circunscribe sólo a la discusión dogmática sino que ha marcado las posibilidades y -sobre todo- las imposibilidades de la gestión.

Volviendo a la presencia de Lula en nuestro país, hasta algunos sectores del kirchnerismo culpaban al círculo más cercano a Alberto Fernández de saturar la agenda del mandatario brasileño para impedir el encuentro con Cristina Kirchner. La hipótesis, que recala en los recelos antes descriptos, no se detiene en el sentido común más básico: nadie puede imponerle a un dirigente como Lula una agenda que le impida hacer lo que quiere.

Alberto Fernández Lula da Silva Cumbre Celac Enero 2023

Es más probable que el propio Luiz Inacio Da Silva haya optado por equilibrar los gestos luego de darle mucha preferencia a Wado de Pedro en los festejos de su propia elección y de haber posado con una gorra que rezaba “CFK 2023”. A un gobierno al que no le sobra nada de cara a las elecciones, no parece que ninguno de estos encontronazos lo ayuden.

Juntos por el Cambio acumula tensiones y diferencias

En la alianza opositora las cosas no parecen ser más fáciles. El comienzo en Comisión del tratamiento de los 14 pedidos de juicio político contra la Corte Suprema funcionó como un catalizador momentáneo porque todos los integrantes de Juntos por el Cambio sin excepción están de acuerdo en que la defensa del Poder Judicial es clave para su proyecto.

Pero ese acuerdo no alcanza para esconder las profundas internas que se dan tanto a nivel nacional como en las provincias. La semana comenzó con un logro para Patricia Bullrich. Ser huésped de Mauricio Macri en plan familiar durante dos días, compartir charlas muy largas y conseguir una foto que su oponente dentro del PRO, Horacio Rodríguez Larreta no consiguió en diciembre.

Mauricio Macri Patricia Bullrich

El jefe de Gobierno porteño está en este momento a sólo 100 kilómetros del expresidente pero en su entorno creen que buscar la instantánea e incluso el encuentro, sería una muestra de debilidad imperdonable. Bullrich está además consiguiendo una muy buena performance en sus recorridas de campaña y una mejor sintonía en sus propuestas con el núcleo más duro de los votantes del macrismo.

El tono “halcón” le sienta mucho mejor y marida de modo más adecuado con las ideas del creador del espacio. Si el daño del factor Milman produjo cierto daño a la presidenta del PRO en la relación con un Macri que varias veces podría haberle dicho “te lo dije” la filtración de los chats del ministro de Seguridad Marcelo D’Alessandro quizás haya igualado el tanteador.

Pero no son todas rosas para Bullrich. A su vuelta se reunió con los demás presidentes de los partidos nacionales de Juntos por el Cambio. En su intento por evitar rupturas como las de Río Negro y Neuquén, emitieron un comunicado que amenaza con sanciones a quienes subviertan los acuerdos alcanzados el año pasado en materia de elección interna de candidatos.

Horacio Rodríguez Larreta

Además de la provincias mencionadas, son varios los distritos donde este problema es una amenaza muy real: Córdoba, Mendoza, Chubut, Tucumán… todas ellas tienen problemas. Y aunque se espera que las cosas se resolverán de modo menos cruento, ni la provincia de Buenas Aires ni CABA muestran un panorama simple.

En Córdoba, una noticia ha movido bastante el avispero y tiene protección nacional. Según se cuenta, Patricia Bullrich ha modificado sus apoyos. De hacer guiños a Luis Juez ha enviado buenas señales a Rodrigo de Loredo, visto con bueno ojos por Macri. Juez queda sólo con el apoyo de Larreta luego de fustigar una ley vinculada a negocios electrónicos en la provincia mediterránea que promovía el gobernador Schiaretti pero que le interesaban particularmente al ex presidente. Se sabe, en la alianza opositora se pueden hacer muchas cosas, salvo intentar empañar negocios.

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