Milei, entre la euforia por las victorias parciales y la disgregación política

El Gobierno endureció su posición en medio del conflicto aeronáutico y puso a los gremios contra la espada y la pared. Mientras, la economía muestra dos caras: la baja de la inflación y el veranito financiero contra los salarios pulverizados y la caída en las ventas. El excesivo festejo oficialista por el triunfo de Trump.

La administración libertaria cerró otra semana difícil para los argentinos con una victoria parcial. En efecto, la reunión entre las autoridades de Aerolíneas Argentinas y los gremios más combativos de este viernes dejó buenas sensaciones en la Casa Rosada.

Endurecer la postura tuvo resultados. Los operadores del Gobierno lo previeron cuando se vio el impacto que la medida de fuerza de los trabajadores de Intercargo tuvo en las diferentes coberturas del conflicto. La imagen de pasajeros varados, valijas arrumbadas o el relato de personas con principios de asfixia por la medida de fuerza luego del despido de un trabajador le dio aire al oficialismo para ir más allá, fortalecer el discurso y generalizarlo a todo el sector aeronáutico.

Por eso lanzó la amenaza de que si el viernes los gremios no concurrían a la reunión con una propuesta para administrar la aerolínea de bandera sin conflictos, se procederá a avanzar en el pedido de un proceso preventivo de crisis en la Justicia laboral.

Hay un arco inmenso de posibilidades en la búsqueda del Gobierno que va desde que los gremios acepten una paritaria a la baja -calculan que la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores del sector es del 90 %-, pasa por cambios en el convenio colectivo -quieren eliminar los remises para las tripulaciones y los pasajes en ejecutiva- y termina en opciones más drásticas: privatizar o cerrar Aerolíneas.

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Desde ya que esa posibilidad choca contra otras realidades. Por un lado, el Gobierno no tiene los votos en el Congreso para avanzar en la venta. Por otro, la desaparición de Aerolíneas Argentinas puede ser buen negocio a largo plazo para los privados pero en el corto, implicaría un caos para el tráfico aeroportuario imposible de encarar. Claro que mientras tanto, por más inviables que sean, las posiciones duras performan.

Es por eso que el jueves se reunieron dirigentes de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas y las Asociación de Personal Aeronáutico para consensuar propuestas que les permitan salir del laberinto en el que los metió el Gobierno.

Los gremios más combativos son conscientes de que si endurecen las medidas, Milei y los suyos usarán eso para avanzar en contra de la compañía. Las palabras usadas por todos los voceros del Gabinete van en ese sentido. “Terroristas gremiales”, “secuestradores” y “delincuentes” no son adjetivos que prometan flexibilidad en el diálogo. Pero también es cierto que si ceden por demás en la disputa paritaria, perderán representatividad y colaborarán con la degradación de las condiciones de operación de Aerolíneas. Un verdadero problema que intentarán continuar destrabando este lunes.

Del resultado de una nueva reunión por el tema probablemente también dependa la postura del sector aeronáutico en la mesa del Transporte que se reunirá el martes. Pablo Moyano y otros quieren profundizar las medidas de fuerza pero el Gobierno cuenta con que a la defección de la UTA puede unirse la de ese sector. Si funcionan los colectivos y los aviones, pensar en el éxito de un paro parece difícil. Por eso la administración libertaria terminó la semana con sensación de victoria.

Inflación baja y veranito financiero vs. salarios licuados y caída en ventas

A esto se le sumó la difusión del Índice de Precios de la Ciudad de Buenos Aires, único dato oficial antes de la difusión del dato de inflación mensual que se conocerá este martes. El número de CABA se ubicó en 3,2% por lo que las consultoras calculan que el índice nacional se ubicará entre 2,8 y 3%. Buenas noticias para el área económica que prometió que la baja de la inflación se sostendrá. Los dólares paralelos bajan, el veranito financiero se sostiene y el final de la bicicleta apalancada en el crawling peg parece lejano.

Está claro qué hay un sector de la sociedad que sufre día a día las políticas del Gobierno, con la licuación de su salario por el fogonazo inicial de la inflación, más la caída en ventas y producción de las pymes, la debacle del sector industrial y de la construcción y la pérdida de trabajo cotidiana del sector asalariado.

Un complejo mapa político y una celebración exagerada

En palabras de un experimentado dirigente del peronismo “todos los procesos neoliberales tienen su veranito pero eso también llega a su fin”. Por eso, en el frente político los libertarios enfrentan situaciones contradictorias. Es cierto que han logrado conjurar ciertos peligros parlamentarios a fuerza de mayorías circunstanciales y vetos del presidente, pero también es verdad que la negociación con el PRO es cada vez más intrincada, ha perdido a Encuentro Federal como aliado y proyectos como el de cambios en los DNU amenazan con complicarlos.

Por otro lado, pierde funcionarios de modo casi cotidiano y no termina de hacer pie en el territorio. El armado en las provincias de cara al año que viene parece estar muy verde. Es cierto que La libertad Avanza arriesga sólo dos diputados, la elección es distrital y el camino será sumar seguramente pero una mala negociación en la provincia puede complicar la gobernabilidad para un Gobierno que sabe que las consecuencias del ajuste no se toleran eternamente y que, por definición, el verano no dura para siempre.

La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca fue celebrada de modo desmedido por el presidente Milei. Esto incluyó corbatas alusivas de los funcionarios, posteos y hasta un video con un énfasis inquietante del propio líder libertario. Rápidamente, se informó que se apronta a viajar a una nueva convención conservadora en los Estados Unidos. Allí se cruzará con él flamante presidente electo y se espera un cruce que revitalice la prédica acerca del alineamiento con el país norteamericano, luego del episodio del voto en contra al bloqueo contra Cuba.

Pero, ¿la llegada del republicano representa una buena noticia económica para la Argentina? No necesariamente. Un mundo con más proteccionismo por parte de los países centrales y en el que la relación con China pueda ser vista como un problema es un ámbito hostil para un país ultra endeudado y con necesidad de más financiamiento.

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