Sergio Massa, en plena campaña electoral.
Los ánimos en Unión por la Patria parecen haber cambiado esta semana, a partir de los anuncios de medidas para la recomposición salarial por parte del ministro de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa, a menos de 40 días para las elecciones del 22 de octubre.
Desde los diferentes sectores de la coalición mostraron optimismo de cara a los comicios, y a partir de la sinergia de todos los espacios fortalecida tras la cumbre de gobernadores en Tucumán, la expectativa y el trabajo coordinado empiezan a traducirse en un clima diferente en las filas del frente electoral que tiene su eje en el peronismo.
La sorpresa y la frustración luego de que Massa no fuera el candidato más votado en las primarias está dejando paso a la ilusión y a la confianza en que será posible recuperar un gran porcentaje de votos, principalmente en provincias del Norte argentino, donde el domingo 13 de agosto se alzó con el triunfo el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei.
A pesar del calor que configuró una jornada extenuante para Massa y su equipo, la visita a La Rioja del jueves pasado mostró que la esperanza y el optimismo están en aumento, sobre todo a partir de la actitud propositiva que muestran ahora los gobernadores, como el caso del anfitrión Ricardo Quintela, quien recibió al candidato presidencial y compartió con él varios actos y reuniones.
Entre todas las actividades de Massa durante su estadía en La Rioja hubo dos hechos que impactaron muy favorablemente en la comitiva.
Más allá de los números que mostró Quintela y que reflejan un crecimiento de Massa en los sondeos electorales del distrito, el primer dato que llamó la atención de los equipos de campaña fue la intervención popular con graffitis que se sucedían en las calles de la capital riojana.
En las paredes de la Universidad Nacional de La Rioja se veían leyendas como "Milei es miseria" mientras que en los muros del hospital se leían consignas como "Votar a Milei es arancelar la universidad" o "Votar a Milei es cerrar el hospital". El propio Massa fue testigo directo de estas intervenciones realizadas con aerosol.
Otro indicador de los efectos de la estrategia de comunicación que lleva a cabo UxP para "poner sobre la mesa lo que sería un país con la aplicación de las propuestas de Milei" ocurrió al finalizar el acto de entrega de las 502 viviendas en la capital de La Rioja, cuando uno de los obreros de la construcción gritó "Viva Milei" y desencadenó la réplica generalizada de sus compañeros, quienes se encargaron de advertirle que "se quedarían sin empleo" si el libertario se convierte en el próximo presidente.
Esto fue observado por toda la comitiva y evaluado como un hecho positivo porque, según evaluaron, cada vez más está instalado el debate sobre cuáles serían las consecuencias de las medidas que propone Milei. En esa línea, en el entorno de Massa sostenían que el candidato de La Libertad Avanza "ya no es un personaje gracioso o revolucionario" sino que "ahora hay muchos preocupados".
A lo que marcaban esas situaciones se sumó la expectativa que generaron los números exhibidos por Quintela, que marcaban que "hay una esperanza" de que allí y en varias provincias del norte del país el oficialismo pueda revertir el resultado, a partir de "ir a buscar a todos los que no fueron a votar".
Esta determinación está en línea con recientes estudios de opinión pública encargados por los gobernadores para analizar lo que sucedió el 13 de agosto en sus provincias: esas investigaciones mostraron que los electores que no fueron a votar el día de las PASO fueron mayormente "exvotantes del oficialismo que están enojados o desilusionados".
En números, Quintela obtuvo 100.000 votos en las elecciones de mayo cuando obtuvo la reelección como gobernador, mientras que Massa cosechó algo más de 60 mil votos como candidato a la presidencia, con un 12 por ciento menos de asistencia.
Este contraste se replicó en otras provincias de la región, y es justamente en ese aspecto en el que está trabajando el peronismo provincial de cada una de esas jurisdicciones: el objetivo es garantizar que Unión por la Patria obtenga un resultado en todo el país que lo mantenga en carrera y que obligue a definir la elección en una hipotética segunda vuelta.
En el búnker de la campaña 'Massa Presidente' insisten en que es necesario mantener la calma y actuar en el proceso electoral con una lógica del "paso a paso"; por eso, llaman a no pensar en el balotaje de noviembre.
La idea generalizada es que estos comicios presidenciales se definirán en tres capítulos o tiempos: primero el plato frío de las PASO, luego el plato principal de las elecciones generales y finalmente la segunda vuelta, que será el postre. Para ilustrar ese llamado a no incurrir en apresuramientos o ansiedades, el propio candidato presidencial suele repetir una metáfora gastronómica: "No hay que comerse el postre antes del plato principal".
Massa marca así que todos los sectores de Unión por la Patria -tanto los dirigentes como la militancia- deben estar enfocados en las elecciones del 22 de octubre, cuyo único objetivo será ingresar a segunda vuelta.
"Tenemos que estar en el balotaje sí o sí. Esa es hoy la misión del peronismo", plantean desde el laboratorio de campaña del oficialismo, donde la prioridad para la etapa que se viene será "ir al debate con Milei con respeto y sin ningunear a los votantes".
En los números que se manejan en el búnker central de Unión por la Patria de la calle Bartolomé Mitre, Milei "no ganaría en primera vuelta porque no sacaría 10 de diferencia ni tampoco llegaría a los 45 puntos".
A diferencia de las semanas previas a las PASO, donde Juntos por el Cambio se perfilaba como la principal fuerza a vencer, ahora "preocupa poco" la suerte que tenga Patricia Bullrich, a quien creen haber "sacado de la cancha" con una polarización que se reflejará en también en los debates presidenciales. Según esa lectura, los dos polos que protagonizarán el verdadero duelo por la presidencia son Massa versus Milei.
Ante el caso de que Bullrich pierda adhesión y sus votantes se sumen a Milei, desde la mesa de conducción del oficialismo aseguran que esa tendencia "no es preocupante" porque ambos espacios "se disputan los votos", en tanto "representantes de la derecha liberal que pretende ajustar con dolor al pueblo".
En cuanto a la 'mesa chica' de la campaña de Massa, esta semana se concretó su reorganización y la nueva estructura que quedó a cargo debutó de forma exitosa en la cumbre del peronismo en Tucumán, donde se relanzó la búsqueda del voto con trece gobernadores presentes junto a la CGT y los movimientos sociales.
La jefatura en manos del ministro de Interior, Eduardo de Pedro, se transformó en una mesa colegiada integrada por el propio Wado más la titular de Aysa, Malena Galmarini, y el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos.
Se definió que De Pedro aproveche su imagen positiva para ampliar su presencia territorial y derivar cuestiones operativas en esta mesa colegiada, consignaron desde la coalición oficialista.
Por último, mientras en las últimas horas comenzó a circular por redes el nuevo spot audiovisual de la campaña de Unión por la Patria que hace foco en la figura de Massa con el eslogan "Ahora sí tenemos con quién", los equipos de comunicación preparan la estrategia que se empleará en el primer debate presidencial, programado para el próximo 1 de octubre en Santiago del Estero, donde los ejes temáticos serán educación y economía.
A dos semanas del debate, Massa comenzará a entrenar para su participación bajo la tutela de su colaborador principal en estos temas, Santiago García Vázquez, junto a especialistas ligados a la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Contará también con el aporte de expertos extranjeros que integraron el equipo del estadounidense Dan Restrepo, exconsejero de Seguridad nacional de Barack Obama, mientras que en materia de redes sociales brindarán asesoramiento expertos brasileños que colaboraron con la estrategia digital de Luiz Inácio 'Lula' da Silva cuando le tocó enfrentar a Jair Bolsonaro en las últimas elecciones por la Presidencia de Brasil.
En su doble rol de candidato presidencial y ministro de Economía, y tras "agarrar una papa caliente" (en palabras de la vicepresidenta) que lo obligó a sellar un nuevo acuerdo con el FMI e ir resolviendo problemas de modo constante, Massa encara con optimismo el proceso que determinará su futuro y el de todo el peronismo.
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