Durante los primeros días de gestión del presidente Javier Milei fue muy mentada la debilidad inicial de la que adolecía un gobierno con poca representación legislativa, sin gobernadores ni intendentes propios y una presencia territorial más bien nula. El diagnóstico no era necesariamente erróneo pero no tuvo en cuenta varios factores que han cristalizado un escenario bastante distinto del que se vaticinaba.
El primer elemento es que la Argentina es un país tremendamente presidencialista que le otorga a quien gana las elecciones una discrecionalidad a la hora de tomar decisiones que es extremadamente elevada. Este no es sólo un tema institucional sino también político. La hegemonía que otorga ganar las elecciones presidenciales inclina, incluso a dirigentes políticos opositores, a buscar acuerdos con quien detenta el poder máximo. Y eso está directamente relacionado con la cuestión financiera.
Sin Ley de Coparticipación y con las obras públicas paralizadas o en cuentagotas, los mandatarios provinciales pierden independencia de criterio a la hora de relacionarse con la Rosada. Hay algo que ya hemos señalado en otros oportunidades y es que, con buen criterio, los gobernadores reclaman a quien es presidente un proyecto de país que contemple el federalismo. Pero ellos no lo hacen. Agobiados por las obligaciones, casi ningún mandatario provincial piensa en esquemas por fuera de su provincia. Y a eso, entre otras cosas, los libertarios lo han sabido aprovechar muy bien.
Por eso, Milei no es un presidente débil. Casi todo lo contrario. Demostró que cuando se tiene decisión -sin los titubeos de Mauricio Macri ni el insoportable posibilismo de Alberto Fernández- el universo político se acomoda. Allí están la vigencia del decreto 70/2023 y la aprobación de la Ley Bases para atestiguarlo. También los vetos a la fórmula de movilidad jubilatoria y al presupuesto universitario.
La Libertad Avanza se fagocitó al PRO
La primera tarea fue colonizar al PRO y eso está casi logrado. Hoy son varios los integrantes del partido que fundó Mauricio Macri que están más tentados de acompañar a Patricia Bullrich que al expresidente. Pero, sobre todo, acaparó las voluntades de la inmensa mayoría de sus votantes. Si en las elecciones del año que viene el PRO no quiere pasar papelones en distritos clave como la provincia de Buenos Aires, la única salida que tiene es acordar con La Libertad Avanza. Desde ya que en parte este escenario dependerá de la marcha de la Economía, pero hoy es el más plausible.
Patricia Bullrich y Javier Milei
X (@PatoBullrich)
Los gobernadores peronistas que negocian con la Rosada
En el caso del peronismo la realidad es más variada. Sumido en su propia interna, el bloque de Unión por la Patria en Diputados se ha mantenido bastante cohesionado, con excepción de los tres tucumanos que responden al gobernador Osvaldo Jaldo. Fue justamente Jaldo, quien se prestó a una de las fotos políticas de las semanas reuniéndose con Milei en compañía de otros tres mandatarios.
Raúl Jalil, de Catamarca, ha sido menos decidido que su colega pero cada vez se acerca más al poder central y formó parte de la cena con otros dos gobernadores que lideran partidos provinciales pero se autoperciben justicialistas.
Hugo Passalacqua, de Misiones, y Gustavo Saénz, de Salta, negocian lo mismo que otros: la promesa de obras públicas, fondos y sobre todo que la La Libertad Avanza no avalará competencia fuerte en esas provincias en las elecciones que vienen.
La fractura expuesta del radicalismo
Teniendo en cuenta la mala performance de los representantes de Milei en las elecciones del año pasado, se podría decir que la Rosada está jugando sin cartas o vendiendo lo que no tiene. Eso mismo parece ser lo que le prometió a un grupo de radicales, muchos más de los cinco que avalaron el veto en contra de los jubilados. Es por eso que un sector decidió escindirse y armar un bloque por separado con Pablo Juliano como titular. El radicalismo se dobló todo lo que se pudo hasta que, finalmente, se rompió. Democracia para siempre es el nuevo bloque que Cuenta con 12 miembros y se presenta como una bancada con mayor oposición al oficialismo.
La decisión fue tomada por los acercamientos de distintos diputados de la bancada de la UCR con el Gobierno nacional, que continuará siendo presidida por Rodrigo de Loredo con 21 miembros. Las terminales políticas de este espacio conducen directamente a las gobernaciones provinciales, principalmente las de Mendoza y Santa Fe.
En diálogo con Radio 10, Juliano atacó directamente a De Loredo y consideró que “hace oficialismo clandestino”. La acusación no es antojadiza. Fueron varios los miembros del bloque que acusaron al cordobés de estar detrás del acuerdo que llevó a esos cinco legisladores a volverse “radicales con peluca”. Fue el mismo De Loredo el que resistió los intentos de expulsarlos luego de la selfie con Milei y también capean las sospechas de un entendimiento de cara al futuro.
De Loredo tiene que revalidar su banca el año que viene y las sospechas van desde un posible acuerdo para que los libertarios no presentan una lista fuerte en Córdoba hasta que el propio presidente del radicalismo pueda ser el candidato oficialista en la provincia. Con todo, ese presidente que iniciaba su gestión con poca musculatura, hoy ha logrado debilitar a todos los espacios que se le podrían oponer.