El vocero presidencial Manuel Adorni evitó confrontar con Francisco y aseguró que el respeto de su opinión es “total”. El Sumo Pontífice declaró que “en vez de pagar justicia social, se pagó pimienta”.
Tras las duras críticas del Papa sobre la represión a los jubilados, el Gobierno aseguró que no las comparte aunque el respeto a la opinión de Francisco es "total". El sumo pontífice aseguró que “en vez de pagar justicia social, se pagó pimienta”.
Después del veto de Javier Milei a la reforma jubilatoria y las manifestaciones de los jubilados en el Congreso, que terminó con una violenta represión y una nena de 10 años gaseada en la cara. El papa Francisco reflexionó sobre la situación actual de la Argentina y lanzó duras críticas contra el gobierno de La Libertad Avanza.
“Me llamaron hace una semana por una represión, una represión a obreros, gente que pelea por sus derechos en la calle, la policía la rechazaba con lo más caro que hay, el gas pimienta de primera calidad. En vez de pagar justicia social, el Gobierno pagó el gas pimienta", expresó Francisco.
Durante la diaria conferencia de prensa que realiza en Casa Rosada, el vocero presidencial, Manuel Adorni fue cuestionado al respecto por el periodista Juan Pablo Peralta, a lo que respondió que "escuchamos y hasta reflexionamos sobre lo que dice".
Pero remarcó que "no tenemos por qué compartir la visión que tiene" aunque añadió que "el respeto es total y absoluto por lo que pueda decir el Papa". También añadió que la "relación con el Papa es fantástica", en relación a la invitación que le extendió el Sumo Pontífice a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.
La diputada Lilia Lemoine fue una de las referentes libertaria que cuestionó los dichos del Papa, a diferencia de lo que hizo el Gobierno, que le bajó el tono a la polémica.
"Done el oro del Vaticano, Padre. Sería bueno que el Papa visite Argentina y vea la realidad completa en vez de escuchar operadores políticos que negocian con el hambre de la gente", sugirió Lemoine en la red social X.
Otro que se subió a la discusión fue el diputado bonaerense Agustín Romo, quien eligió responderle al Sumo Pontífice por sus declaraciones sobre el expresidente Julio Argentino Roca.
"Roca que les cortó la cabeza a todos los aborígenes, una cosa vergonzosa. Memoria histórica total", declaró el Papa.
Romo respondió: "Criticar la conquista del desierto, donde reventamos a los indios chilenos que robaban vacas argentinas, mataban argentinos, secuestraban y violaban mujeres argentinas, para quedarnos con la Patagonia, es ser un cipayo traidor a la patria al servicio de los peores intereses".
También opinó sobre los dichos del Papa el jefe del bloque de diputados de Encuentro Federal, Miguel Pichetto, quien lo acusó de "influir en política interna" de la mano de Juan Grabois.
"El Papa se sigue equivocando. Hoy, al lado de Grabois, como antes de Alberto Fernández, influyendo en la política interna. Cuestiona a un prócer como Julio Roca que consolidó la unión territorial con la ocupación de la Patagonia y consolidó las bases institucionales del Estado argentino", lanzó.
Pichetto criticó que el Papa hable de "una absurda agenda indigenista" que solamente afecta a "un inflado 2% de la población".
"De una agenda pobrista y antiminera. Y sigue sin tender puentes para la unidad de los argentinos", finalizó el diputado nacional.