A una semana de las PASO, Juntos por el Cambio y Unión por la Patria buscan redefinir la campaña

El tablero político se vio severamente alterado tras el triunfo de Milei en las PASO. Cuáles son los pasos a seguir de Massa y Bullrich para recuperar votos de cara a octubre.

Los resultados del domingo pasado generaron que gran parte de la dirigencia política tradicional haya transcurrido la semana entre la expectativa y la zozobra, entre la evidencia de que todos siguen en carrera y la sensación del desastre inminente.

En las dos alianzas que han alternado el poder en los últimos años la sensación es muy similar. Es que el “efecto Milei” tuvo un alcance que fue mucho mayor al esperado y modificó ciertas presunciones.

Por un lado, la idea que tenían en Juntos por el Cambio de que el apoyo al autopercibido libertario se licuaría entre las PASO y las elecciones generales quedó muerta con el 30 % que alcanzó el domingo. De hecho, el mayor temor entre los cambiemitas es que se produzca lo contrario, que una parte de los votos que obtuvo Patricia Bullrich puedan fugarse ante la evidencia de qué hay un nuevo líder de la oposición.

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Porque, claramente, si hay algo que se vio el domingo a la noche es que la oposición de derecha en la Argentina no tendrá a Bullrich como principal conductora. La exministra de Seguridad pudo celebrar que derrotó a Horacio Rodríguez Larreta en la interna del PRO pero cedió su lugar ante Milei como “última esperanza blanca” de conservadurismo en nuestro país.

De hecho, la búsqueda de votos para Juntos por el Cambio puede convertirse en un albur imprevisible. A la posibilidad de perder muchos votos en manos del propio Milei, se suma el peligro de que algunos de los votantes de Larreta migren a opciones menos extremas, ante el peligro del avance de la ultra derecha.

Las sospechas de que crecen los elogios y el contacto de Mauricio Macri con el diputado de la Libertad Avanza se han multiplicado y no vienen sólo desde afuera de la alianza. Dirigentes radicales se quejaron de esa sintonía y la propia Elisa Carrió renunció en las últimas horas a su candidatura al Parlasur, aparentemente molesta por lo mismo.

Entre los perdedores de la interna son varias las voces importantes que plantean que Juntos por el Cambio no sobrevivirá a esta elección y que es muy factible la posibilidad de que los sectores más derechizados jueguen de modo abierto con Javier Milei. ¿Encontrarán en Milei los integrantes de la UCR y la Coalición Cívica finalmente un límite a lo tolerable? ¿O continuarán contradiciendo la máxima radical que reza “que se rompa pero que no se doble”?

Los desafíos del oficialismo

El oficialismo enfrenta otras complejidades. A pesar de haber salido tercero en las primarias, parece tener algún margen mayor para buscar nuevas voluntades entre los votantes de Larreta más moderados e incluso en quienes no concurrieron a las urnas pero sí lo harían en la general. Estos últimos parecen un grupo más fácil de seducir para el primero y para el tercero de los contendientes.

El peronismo tiene la experiencia de 2021 donde recibió una verdadera cachetada en las primarias pero pudo descontar puntos en la general sumando participación. No le alcanzó para darlo vuelta pero el desastre no fue tan grande. Se sabe que dividirán allí con Milei porque los desencantados al fin tienen un candidato pero también qué hay votantes del Frente de Todos de 2019 que, más allá de sentirse defraudados, irán a las urnas ante la inminencia de otro gobierno neoliberal.

Sergio Massa

En las huestes oficialistas se mueven entre el alivio de que no fue una elección catastrófica y la inquietud. En efecto, la muy buena valoración de gestión de Axel Kicilloff y la extraordinaria elección de Milei les permitió ganar con comodidad la provincia de Buenos Aires, reteniendo todas las intendencias claves y estar a tiro en la elección nacional, a menos de 600 mil votos del ganador. Pero el mapa argentino pintado del violeta libertario preocupa.

Fuentes de muchísimo predicamento en el dispositivo electoral de Unión por la Patria que fueron consultadas para esta columna celebran la elección en el conurbano y en el interior bonaerense y abrigan expectativas de que los gobernadores harán una campaña mucho más intensa, teniendo en cuenta que en octubre arriesgan diputados y senadores.

El reproche interno es que, sobre todo los que desdoblaron elecciones, hicieron pocos esfuerzos para las primarias. Si recordamos que fueron los mandatarios provinciales quienes más presionaron para que Sergio Massa fuera candidato, es menos entendible para sus propios compañeros la pobre campaña que se hizo.

Es cierto que, más allá de la campaña, el oficialismo no las tiene todas consigo, con un Massa completamente atribulado por los rigores de una corrida esperable pero feroz, decidiendo devaluar e intentando contener los precios mediante acuerdos que, de cualquier modo, quizás coloquen a la inflación en dos dígitos en el índice que conoceremos a mediados de septiembre. Viajará a Washington este lunes para traer los fondos largamente esperados y pospuestos por el FMI que den algún alivio a la situación financiera, y por estas horas se reunía con su equipo para ultimar medidas que permitan un desahogo para las familias argentinas, ahogadísimas por la inflación. Sin esto, lo dicen las mismas fuentes consultadas, no hay campaña posible. Y quizás no alcance.

En el Gobierno se mueven entre la esperanza de que su propuesta es la única que no representa un salto al vacío para el país y el temor de que el “efecto Milei” se trasforme en un tsunami que arrastre todo el descontento social de los últimos años.

Javier Milei en el bunker de La Libertad Avanza en las PASO 13-08-23

Mientras tanto, el propio Milei se pasea por los medios y las redes -cual si fuera un emperador luego de un triunfo resonante- explicando (a veces de modo contradictorio) cómo serían sus planes de gobierno. Lo hizo también frente a representantes del FMI, en compañía de colaboradores que fueron funcionarios de los gobiernos de Carlos Menem mientras personajes muy cercanos a Mauricio Macri lo acompañan y recaudan para su campaña.

¿Llegará el momento en el que Milei enfrente el desafío de demostrar cómo se presenta como “lo nuevo” y a la vez se rodea de los personajes más rancios de la historia de la política económica de nuestro país? ¿La parte de sus votantes que dice estar harta de la vieja política detectará está contradicción?

La palabra cambio ha sido muy bastardeada en los últimos años. Lo que sí está claro es que esa pretensión de ser el candidato “salta grieta” no se condice con la realidad. Milei habla de la “casta” pero -como Bullrich y Larreta- sólo denosta al kirchnerismo y teje vínculos con Macri y sus socios.

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