Argentina tiene un fenómeno de pobreza que normalmente puebla los diarios y la TV cada seis meses. Hay un discurso cuasi religioso que se repite: nos condolemos de los pobres, uno o dos días, pero no hablamos de los factores ni por qué este problema se profundiza en Argentina teniendo en cuenta la distribución del ingreso.
Hay pobres porque hay un sector que sin poseer nada se relaciona con otro que lo tiene todo. La última información de distribución del ingreso mostró que el 1,3% del ingreso se lo apropia el 10% más pobre, pero el 10% más rico se apropia del 33% del ingreso, es decir, casi 25 veces más. La verdadera grieta.
Pero además de ese factor de distribución hay un factor geográfico insoslayable en este fenómeno. Las migraciones internas, producto de las carencias que existen en las economías regionales, arrancan en el noreste y noroeste argentino, pasan por el Gran Rosario, Córdoba, y terminan en el Gran Buenos Aires.
¿Cuál es la región más pobre de la Argentina? El segundo cordón del GBA. Casualmente, ahí es donde se radica la mayor cantidad de población migrante interna en Argentina. Eso pasa porque, obviamente, se buscan oportunidades de empleo cercanas a la Ciudad de Buenos Aires y a los distritos importantes del primer cordón.
En el Gran Buenos Aires se concentran aproximadamente 963 personas pobres por kilómetro cuadrado. Esto es 197 veces más que la media nacional.
Hay muy baja densidad poblacional en el resto del país. En la Patagonia hay poco más de 3 millones de habitantes y el territorio es casi el 50% de la superficie de la Argentina.
Por lo tanto, casi el 40% de la pobreza en Argentina se concentra en menos del 0,2% del territorio.
Esto hace que el fenómeno de la pobreza tienda a consolidarse y sea imposible de administrar. No hay manera de que Argentina resuelva la pobreza con esta estructura distributiva, y con esta distribución poblacional.
Hay que desconcentrar los grandes centros urbanos, hay que "desconurbanizar la Argentina.