Al menos 10 personas murieron y otras 33 permanecen desaparecidas en la provincia de Gansu, al noroeste de China, como consecuencia de las lluvias torrenciales que golpearon al país asiático en los últimos días.
Las lluvias torrenciales que golpean al país asiático desde el jueves provocaron deslizamiento de tierra, pérdida del suministro eléctrico y de telecomunicaciones en varias ciudades.
Al menos 10 personas murieron y otras 33 permanecen desaparecidas en la provincia de Gansu, al noroeste de China, como consecuencia de las lluvias torrenciales que golpearon al país asiático en los últimos días.
Según la cadena estatal CCTV, las intensas precipitaciones, que comenzaron el jueves, provocaron inundaciones severas y un deslizamiento de tierra en las zonas montañosas cerca de la ciudad de Lanzhou, capital de Gansu. Las autoridades locales reportaron que cayeron 195 milímetros de agua, lo que desencadenó una situación de emergencia en la región.
El aguacero tuvo un impacto significativo en la infraestructura de la región. La zona montañosa de Xinglong quedó incomunicada al perderse el suministro eléctrico y los servicios de telecomunicaciones, dejando a más de 4.000 personas varadas en cuatro aldeas. Además, un deslizamiento de tierra en el pueblo de Maliantan, dentro del condado de Yuzhong, dejó a tres personas desaparecidas.
Frente a la crisis, el presidente chino, Xi Jinping, instó a movilizar todos los recursos posibles para las labores de rescate y prevención de inundaciones.
Los estragos de las lluvias no se limitan a Gansu. En Guangzhou, una metrópolis del sur, siete personas murieron y otras siete resultaron heridas después de un deslizamiento de tierra que sepultó varias viviendas en el distrito de Baiyun.
En Zhengzhou, capital de la provincia de Henan, las autoridades decidieron cerrar escuelas, oficinas y fábricas de manera preventiva para evitar una catástrofe similar a la que vivieron en 2021, cuando las inundaciones causaron la muerte de 292 personas.