El Parlamento israelí vivió momentos de tensión este lunes cuando dos diputados de izquierda interrumpieron el discurso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a quien acusaron de "terrorista" y le exigieron que reconociera al Estado palestino, tras lo cual fueron echados del recinto.
El incidente ocurrió mientras Trump destacaba el acuerdo de paz entre Hamás e Israel, al que calificó como "un nuevo amanecer para Medio Oriente", y celebraba la liberación de todos los rehenes. También respaldó el trabajo del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
En medio del discurso, los diputados Ayman Odeh y Ofer Cassif, integrantes de la coalición árabe-judía Hadash Taal, lo interrumpieron al grito de "terrorista" y "genocidio", y levantaron carteles que decían "Reconozcan a Palestina". La seguridad los llevó afuera del recinto sin mayores incidentes.
El resto de los legisladores comenzó a gritar "¡Trump! ¡Trump! ¡Trump!", y el propio mandatario hizo un chiste al respecto: "Eso fue eficiente", señaló antes de seguir hablando. Minutos después, Odeh hizo un posteo en X donde cuestionó "la cantidad de hipocresía en el plenario".
"Entronizar a Netanyahu mediante halagos sin precedentes, por una banda orquestada, no lo absuelve a él ni a su gobierno de los crímenes contra la humanidad cometidos en Gaza, ni de la responsabilidad por la sangre de cientos de miles de víctimas palestinas y miles de víctimas israelíes", sostuvo.
"A pesar del uso cínico del 7 de octubre y a pesar de la guerra de aniquilación, el gobierno de los crímenes no ha logrado cambiar la simple ecuación: aquí hay dos pueblos y aquí permanecerán. Solo el fin de la ocupación y el reconocimiento del Estado de Palestina junto a Israel traerán justicia, paz y seguridad para todos", añadió.
Cassif respaldó el reclamo en su cuenta de X y criticó la actitud del recinto. "Gracias al coro de aplausos de la Knesset –oposición y coalición– que mostró al presidente estadounidense y al mundo entero que no hay lugar para expresar una posición diferente en Israel. El rostro de la 'única democracia en Oriente Medio' no es especialmente bonito", ironizó.