Rusia tomó este viernes el control de Liman, una ciudad clave del este de Ucrania, e intensificó los bombardeos contra Jarkov y Dnipro, luego de varios días de no atacar esos puntos. El jefe de la Unidad Militar de Ucrania para el Donbass, Pavlo Kirilenko, reconoció que las fuerzas de su país que defendían Liman, de unos 23.000 habitantes, se replegaron hacia el sur.
Al menos cinco civiles murieron en las últimas 24 horas en la región: cuatro en Severodonetsk y uno en Komychuvakha, a 50 kilómetros de allí, informó el gobernador Serguei Gaidai citado por la agencia de noticias AFP. En tanto, en la ciudad industrial Dnipro del centro-este de Ucrania, un responsable anunció hoy "una decena" de muertos y unos 30 heridos en un bombardeo ruso contra un terreno militar.
Estos ataques muestran que Moscú centra sus esfuerzos en conquistar completamente el Donbass, una cuenca minera que comprende las regiones de Donetsk y Lugansk, ambas separatistas y de mayoría rusoparlante.
Volodimir Zelenski, presidente ucraniano, acusó al Kremlin de estar cometiendo un "genocidio" en el Donbass. Mientras que el primer ministro británico se diferenció de otros lideres al admitir que las tropas rusas avanzan de forma "lenta" en el Donbass y pidió por el envío de más armas para la defensa ucraniana.
Los líderes europeos realizarán una cumbre el lunes y martes próximos, que contará con la participación por videoconferencia de Zelenski, donde buscarán avanzar con un acuerdo sobre un embargo al petróleo ruso. Medida que ya rechazó el primer ministro húngaro, Viktor Orban.
Por su parte, el Presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró que son "infundadas" las acusaciones contra su país al que se culpa de los problemas mundiales en el suministro de productos agrícolas. Además solicitó a Ucrania desminar los puertos "lo antes posible" para permitir el paso de los buques de transporte de granos.