Reino Unido: el flamante primer ministro proyecta nacionalizar el ferrocarril "lo antes posible"

Keir Starmer, líder del Partido Laborista, se refirió a su plan de gobierno, llamó a "reconstruir" el país y prometió trabajar en la mejora de la salud y el transporte público.

"Hoy iniciamos un nuevo capítulo. Iniciamos este esfuerzo de cambio, esta misión de renovación nacional y comenzamos a reconstruir nuestro país", había declarado el líder laborista este viernes en conferencia de prensa, donde también destacó: "Los votantes han hablado y están listos para el cambio, para poner fin a la política de espectáculo y volver a la política como un servicio a la ciudadanía".

En el mismo discurso, el nuevo primer ministro convocó a la ciudadanía "a unirse a este gobierno de servicio en una misión de renovación nacional. Nuestra labor es urgente y la iniciamos hoy".

Los primeros objetivos de la gestión de Starmer están enfocados en que los británicos "vuelvan a disfrutar de una buena sanidad pública, un buen transporte público y coberturas sociales propias de una nación avanzada". En esa línea, expresó que trabajará de inmediato "con el simple reconocimiento de que el servicio público es un privilegio y de que este Gobierno debe tratar con respeto a cada una de las personas de este país".

En ese sentido, adelantó que una de las primeras medidas será nacionalizar "lo antes posible" el ferrocarril británico, algo que fue ratificado por su ministra de Transporte, Louise Haigh.

"Les espera una enorme cantidad de trabajo", advirtió Starmer a los miembros de su gabinete, el cual está conformado por su vice primera ministra, Angela Rayner; el jefe de Diplomacia, David Lammy, un abogado descendiente de esclavos de origen guyanés; y Rachel Reeves, la primera mujer de la historia del país en ponerse al frente de Economía.

Respecto al plan económico, el Partido Laborista ha presentado el Fondo Nacional de Riqueza, un programa centrado en el crecimiento sostenido, cuya misión será canalizar capital "a las industrias del futuro" y con la premisa de que "con inversión pública se atrae la inversión privada".

De ese modo, Starmer prevé lograr la estabilidad económica, reduciendo el déficit y controlando la inflación. Para eso, ha prometido que "no subirá los impuestos a la gente trabajadora", en referencia al impuesto sobre la renta, el IVA y las contribuciones a la seguridad social.

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