Un biotecnólogo de la Universidad de Tufts, en Massachusetts, descubrió por accidente una fibra sintética que puede lanzarse a distancia, adherirse a objetos y levantar hasta 80 veces su propio peso, tal como funcionan las telarañas de Spiderman en los cómics y películas.
El hallazgo ocurrió de manera fortuita en 2020 cuando uno de los investigadores de la institución, Marco Lo Presti, limpiaba recipientes en un laboratorio. El científico notó que la acetona que usaba como limpiador empezaba a transformarse en fibras e hilos similares a los de una telaraña.
En ese momento, Lo Presti investigaba los adhesivos que usan los mejillones para adherirse a rocas bajo el agua, formados por una combinación de seda y dopamina. Al agregar la acetona, la mezcla se solidificó casi instantáneamente hasta formar una sustancia resistencia y adhesiva.
A partir de ahí, el equipo del Silklab mejoró la fórmula y agregó otros componentes para potenciar sus propiedades. El resultado fue una fibra sintética que aumentó 18 veces la capacidad de adhesión de la telaraña original, de manera que ahora puede levantar hasta 80 veces sus propio peso.
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Durante las pruebas de laboratorio, los científicos lograron manipular exitosamente tubos de ensayo que flotaban en agua y bisturíes parcialmente enterrados en arena. "Ahora podemos atrapar un objeto a una distancia de hasta 30 o 35 centímetros y levantar unos 15 o 20 gramos", explicó Lo Presti a Wired.
Los investigadores también se inspiraron en los lanzadores de telarañas de Spiderman para fabricar un sistema que dispara las fibras sintéticas. El mecanismo permite que el material se solidifique en el aire y se pegue a distintos materiales, como madera, plástico, metal y vidrio.
Sin embargo, aclararon que la seda natural de araña aún es mil veces más resistente que la sintética. El equipo está trabajando en descubrir nuevas aplicaciones, desde recuperar objetos debajo del agua hasta usarla en drones para capturar elementos en lugares remotos o poco accesibles.
"Como científicos e ingenieros, navegamos por la frontera entre la imaginación y la práctica. Ahí es donde se produce toda la magia", explicó el director del Silklab, Fiorenzo Omenetto. "Aplicamos ingeniería inversa a nuestro material de seda para que se comportara como la naturaleza lo diseñó originalmente y los guionistas de cómics lo imaginaron", concluyó.