El gobierno de Bolivia decretó este lunes el estado de "desastre nacional" por los incendios forestales que ya quemaron más de 7 millones de hectáreas y que afectan especialmente al departamento de Santa Cruz, el más rico y poblado del país, donde reside un 27% de sus habitantes.
La medida, que lleva la firma del presidente Luis Arce, "declara situación de desastre nacional a causa de la magnitud de impacto de los daños causados por la presencia de incendios en el territorio nacional". Permitirá canalizar la ayuda internacional y transferir recursos económicos desde el Gobierno central hacia los departamentos.
El último informe del Ejecutivo, difundido a principios de septiembre, reportó que se habían destruido 3,8 millones de hectáreas de bosques y pastizales en todo el país. Sin embargo, la gobernación de Santa Cruz informó que solo en esta región ya se habían consumido 7,2 millones de hectáreas hasta la semana pasada.
Esta cifra supera los 4,2 millones de hectáreas reportadas en 2019 y convierte a estos incendios en el "mayor desastre ambiental" sufrido en esa región, potenciado por la sequía y las consecuencias del cambio climático. Otro de los departamentos afectados es Beni, en la Amazonía boliviana, en el noreste del país.
El presidente Arce le pidió al Parlamento, controlado por la oposición, que apruebe al menos dos créditos internacionales del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por un monto de u$s325 millones para combatir los incendios.