Por su alto contenido de azúcares y grasas, las golosinas y postres son una de las primeras cosas que se eliminan de una dieta para bajar de peso. Sin embargo, una alimentación saludable no debe restringir alimentos, sino controlar las porciones y, en ese sentido, el chocolate amargo es recomendado por sus múltiples beneficios.
El chocolate es un alimento tradicional y tiene cientos de años. Los pueblos originarios de América Latina consumían cacao para tratar infecciones y problemas digestivos, pero también para levantar el ánimo, ya que lo consideraban un recurso para mejorar la salud y el bienestar emocional.
Luego, el chocolate llegó a Europa, donde fue considerado un medicamento hasta el siglo XIX. Se consumía para revitalizar el cuerpo y la mente y, en general, aumentar el bienestar. Más adelante se descubrió que el chocolate contiene teobromina, una sustancia que mejora el estado de ánimo y puede ayudar a perder grasa.
Al ser más puro que el chocolate blanco o con leche, el chocolate amargo tiene menos contenido de azúcares, grasas saturadas, calorías, saborizantes y aromatizantes químicos. La versión recomendada para incorporar a una dieta saludable es la que contiene al menos un 65% de cacao.
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Las ventajas del chocolate.
Beneficios del chocolate amargo
El chocolate amargo tiene una gran cantidad de fibra soluble que ayuda a generar una sensación de saciedad, controlar el colesterol y mejorar la salud digestiva. Además, su efecto hipertensivo contribuye a reducir el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares y a controlar la presión arterial.
También es rico en flavonoides, un antioxidante vegetal que puede inhibir la oxidación del colesterol LDL (o colesterol "malo") y combatir la formación de coágulos sanguíneos. Otros antioxidantes, como los fenoles y catequinas, mejoran la salud de la piel y reducen su inflamación.
Por último, está comprobado que el chocolate amargo contribuye a generar una sensación de bienestar general ya que contiene triptófano, un aminoácido esencial que es usado por el cerebro para producir serotonina, la llamada "hormona de la felicidad". También libera feniletilamina, la sustancia bioquímica que aparece durante el proceso de enamoramiento.