Gracias a los avances tecnológicos se pueden realizar estudios mucho más avanzados de las propiedades de los alimentos. Esto es sumamente importante, ya que cada persona puede estar consciente de lo que consume y en qué cantidades.
Se trata de un alimento que los expertos recomiendan ingerir con regularidad y que se puede conseguir en cualquier comercio y en cualquier época del año.
Gracias a los avances tecnológicos se pueden realizar estudios mucho más avanzados de las propiedades de los alimentos. Esto es sumamente importante, ya que cada persona puede estar consciente de lo que consume y en qué cantidades.
De esta forma, con cierta información se puede conformar una dieta equilibrada. Estos estudios cada vez más precisos pueden evaluar cada uno de los componentes de la comida que se consume normalmente y la interacción entre ellos, lo cual también puede aportar algún beneficio al cuerpo.
Según una reciente investigación se analizaron las diferentes propiedades de 1.000 alimentos crudos y se puntuaron con un valor nutritivo. Los 100 mejor clasificados conforman una lista publicada por la cadena británica BBC, en la que destacan, con la puntuación más alta, un tipo concreto de frutos secos.
Se trata de las almendras, que lograron una puntuación nutricional de 97 puntos, por encima de la chirimoya (96) o la perca oceánica (89) y esto se debe a su riqueza en ácidos grasos monoinsaturados y sus beneficios tanto para el corazón como para consumidores con diabetes. En el estudio, se menciona también la importante cantidad de vitamina E que tiene este alimento, un antioxidante que ayuda a proteger el sistema inmunitario y a formar glóbulos rojos.
Las almendras tienen un verdadero tesoro nutricional con beneficios científicamente probados para la salud. Algunos de sus componentes más saludables, son las proteínas, la fibra, algunos minerales, como calcio, magnesio, potasio, zinc y fósforo y otros compuestos bioactivos como los fenoles y fitoesteroles. La grasa que tienen las almendras es muy parecida a la que se encuentra en el aceite de oliva, es decir, constituida de ácidos grasos monoinsaturados.
Entre sus beneficios se encuentra la reducción del riesgo de contraer determinadas enfermedades, como la diabetes 2. También se ha observado un menor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, sobre todo el cáncer colorrectal, aunque la evidencia todavía no es tan clara como para la salud cardiovascular.
Otro de sus efectos beneficiosos es la modulación de la microbiota intestinal. Los expertos recomiendan su consumo diario, en cantidades de un puñado. Eso sí, para beneficiarse al máximo es importante ingerirlas crudas o tostadas sin sal. Ya que las versiones saladas, fritas o azucaradas, reducen en muchas ocasiones algunos de estos nutrientes, a la vez que ganan calorías a partir de los azúcares y grasas añadidas.