Identificaron los restos de un dirigente azucarero de Tucumán desaparecido durante la dictadura

Se trata de Benito Vicente Romano, del otrora poderoso gremio FOTIA. El hallazgo se produjo en la localidad bonaerense de Escobar y estuvo a cargo del Equipo Argentino de Antropología Forense.

El Equipo Argentino de Antropología Forense logró identificar y recuperar los restos de Benito Vicente Romano, destacado dirigente gremial del sector azucarero y la CGT durante los años sesenta y setenta, detenido, desaparecido y asesinado durante la última dictadura cívico militar. El hallazgo se produjo en el cemeterio de Escobar, Provincia de Buenos Aires, a partir de una investigación exhaustiva.

La familia esperó décadas para poder despedirlo en una ceremonia y la exhumación aconteció el 17 de octubre, como homenaje a su extensa militancia sindical peronista. Romano tenía casi 48 años al momento en que una patota parapolicial del régimen de Jorge Rafael Videla se lo llevó del hotel Splendid en la Ciudad de Buenos Aires el 14 de abril de 1976, a menos de un mes del golpe.

Según consigna el periodista David Correa en un artículo publicado en Ámbito, el dirigente azucarero no tuvo familia propia, ni esposa, ni hijos. Pero su sobrino, que lleva por nombre Benito Vicente Romano, como su tío, aseguró que "la desaparición (...) fue como si hubiera caído una bomba atómica en la familia, un desastre, mucho dolor".

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En diálogo con ese medio, el sobrino del gremialista afirmó: "Mi tío era todo para la familia, era el ídolo de los sobrinos y admirado. Fue un gran autodidacta porque leía muchísimo y por eso presentó proyectos interesantes en la Cámara de Diputados para beneficio de los trabajadores".

Romano trabajó en el sector azucarero de Tucumán desde los 15 años y fue integrante del movimiento peronista sindical desde sus inicios. Con el paso de los años y escalando en la organización de la Federación Obrera Tucumana de la Industria del Azúcar (FOTIA), el dirigente luchó contra los masivos despidos tras el cierre de los ingenios azucareros en la década del sesenta. Su referencia llegó hasta la misma CGT, al punto de que cumplió funciones como representante de esa central obrera ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Luego de su asesinato, su cuerpo fue hallado a orillas del río Luján, en la provincia de Buenos Aires. Fue registrado como NN y la investigación del EAAF permitió identificarlo entre otros 13 cuerpos depositados en el mismo lugar del Cementerio de Escobar.

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