La historia de las parrillas de la Selección en Qatar: nacieron por un hobbie personal y hoy se exportan a 42 países

En 2018, Julián Lanzillotta se armó una especial para su casa y gustó tanto que creo una empresa que hoy es furor en el mundo y en el ambiente deportivo, sobre todo entre futbolistas. Ganó su "mundial" al ser el proveedor de las parrillas que pidió Scaloni

Cómo pasar de armar una parrilla para el fondo de tu casa a exportar a 42 países y ser el proveedor oficial de los asados de la Scaloneta en Qatar. Todo en apenas cinco años. Parece una novela hollywodense, pero es una historia bien argentina, de un muchacho con visión, emprendedor, que apostó a una idea, al esfuerzo, a un talento y a un equipo de trabajo que hoy le permite “tocar el cielo con las manos”, como define el tener a sus creaciones en Qatar, junto a la Selección, como parte de un ritual tan argentino como el asado.

Era 2017 cuando empezó esta historia que tiene de protagonista a Julián Lanzillotta, el dueño de Fuegos JL, la empresa del Oeste del conurbano que ganó su Mundial al vencer a otras 10 que se presentaron para ser proveedora de las parrillas que se enviarían a Qatar, conjuntamente con 2630 kilos de carne.

“Todo arrancó por mi pasión por el asado, sobre todo cocinar a la estaca. Un día se me ocurrió hacer algo distinto para el fondo de casa. Pensé en algo con ruedas para moverlo de acuerdo al viento y que fuera multifunción. Así nació la primera”, cuenta Julián desde su fábrica en Moreno.

Tardó ocho meses en hacerla, comprando las ruedas en distintos lugares e improvisando un poco. “Yo tenía nociones de soldadura, porque había trabajado en la empresa de grupos electrógenos de mi viejo, y me daba maña porque otro de nuestros negocios familiares era una ferretería industrial. La segunda lo hice para mi club, Mariano Moreno, donde jugué hasta hace unos años. Y me pasó algo increíble un día de junio del 2018: salí del vestuario luego de un partido y vi que había cerca de 100 personas alrededor del aparato, sacándote fotos y preguntando quién lo había hecho. El lunes ya tenía como 20 mensajes pidiéndome si podía producir otros. Así nació la idea de abrir una cuenta de Instagram (@fuegosJL), con un logo que me armó mi hermano, y de empezar a fabricar”, relata. No es para menos: porque además de ser un aparato multifacético e innovador, es estético y muy original, pareciendo casi un carro de combate de la Edad de Bronce.

El primer año hacía 20 por semana, de forma muy artesanal y con la ayuda de un gran amigo (Toto), yendo a buscar ruedas al interior del país. Pero todo empezó a explotar cuando los deportistas famosos hicieron su aparición. Primero fue Nicolás Laprovittola, jugador de la Selección de básquet, conocido de Lanzillotta de la zona oeste del conurbano bonaerense, donde ambos se criaron. El base posteó una foto de un Raqnar -cada modelo tiene un nombre distinto de la serie Vikingos- en pleno asado y los seguidores se dispararon. Luego fueron los chicos de Locos x el Asado y después llegaron los futbolistas.

La primera experiencia fue con Andrés D’Alessandro y su hermano. Pero todo explotó cuando los hermanos Funes Mori compraron varios y subieron varias historias a su Instagram, enloquecidos con las nuevas adquisiciones. “Justo ese día viajaba a Italia, de vacaciones con mi familia, y me empezaron a llegar miles de mensajes. Vendí como 100 asadores. Y yo no tenía nada, ni empleados, ni siquiera un taller”, recuerda.

Así llegaron muchos otros futbolistas. “Bruno Zuculini, un grande, me compró varios. De River también tiene Enzo Pérez, en su momento el Pity Martínez, Cavenaghi y Lamela se llevó uno para Inglaterra. De Boca, Palermo, Battaglia, Schiavi, Andrada, el arquero… Fernando Gago también. Ni hablar de (Rodrigo) De Paul. El Peque Schwartzman también, lo mismo que el Tortu Deck, el basquetbolista ex NBA que está en el Real Madrid, para cuando vuelve a su pueblo en Santiago. Aunque para mí, que me encanta el básquet, el momento top fue cuando me pidió Manu, en 2021. Se lo llevamos a su casa, en San Antonio. Yo no pude viajar pero mi socio en Texas me hizo una videollamada y pude charlar un ratito con él. Lo admiro mucho. La verdad es que todos los deportistas que tuve la chance de conocer son admirables”, cuenta quien ahora tiene 40 personas trabajando con él, entre una sede central en General Rodríguez, la fábrica en Moreno y una sucursal en Boerne, Texas -que vende a todo Estados Unidos-, otra en España y una tercera en Reino Unido, además de llegada a otros 39 países.

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El Peque Schwartzman y Manu Ginóbilli, dos de los muchos deportistas que compraron las parrillas de Fuegos JL.

El Peque Schwartzman y Manu Ginóbilli, dos de los muchos deportistas que compraron las parrillas de Fuegos JL.

El negocio no para de crecer. Hoy vende cerca de 400 productos mensuales de un total de 15 modelos distintos, dependiendo de la necesidad del cliente y del dinero que piense gastar (el promedio de los productos es de aproximadamente 130.000 pesos). Claro, nunca pensó que el nuevo paso sería a semejante escala.

Hace meses, la misma AFA contactó a Lanzillotta para proponerle que hiciera una propuesta pensando en los asados durante el Mundial. No querían tanto sus innovadoras parrillas, le dijeron, sino algo más convencional, por pedido del chef del seleccionado, Diego Iacovone. Igual, Julián los convenció de mandarle, además de cuatro parrillas standard, un Floki, el producto insignia, que tiene dos cruces para cocinar a la estaca y jaula para colgar y ahumar. Todo esto no fue usado en el primer asado, previo al debut y luego del amistoso en Abu Dhabi, pero al menos sirvió de fogonero. Igual, Lanzillotta no pierde las esperanzas “de que alguno de los jugadores se anime a hacer algo al asador porque lo que tiene el producto es eso: podés asar y cocinar de distintas formas”, explica.

Cuando la AFA le anunció que “había ganado mi mundial, realmente no lo podía creer, pero no hubo mucho tiempo que festejar porque había que trabajar contrarreloj. Llegaba a las 9 a la fábrica y me iba a las 11 de la noche para poder entregarlas en tiempo y forma”, relata quien antes que se salieran para Doha hizo un video y también una foto con los empleados que se pusieron el proyecto al hombro. Ni hablar el orgullo que sintió cuando vio, hace días, que los jugadores empezaban a hacer publicaciones en sus redes sociales del primer asado que compartieron en el bunker nacional en la Universidad de Doha. “Me llamó todo el mundo, fue muy especial”, admite.

“Buscamos que todos se sientan como si estuvieran en el predio de Ezeiza, en nuestro país. Por eso el quincho, las parrillas, la carne y el asado”, aseguraron desde la delegación nacional. Scaloni, el DT, fue más allá. “Mi comida preferida es el asado, pero esto va más allá. Los que nos seduce de hacerlo, de trasladar ese momento a otras partes del mundo y puntualmente acá es lo que significa, lo que nos genera... Porque nos da un ambiente de unión y química colectiva. Es parte de nuestra cultura, de la idiosincrasia argentina. Es ese tiempo que disfrutamos juntos, que nos permite charlar, reírnos, distendernos y conectarnos. Comer asado no es vino, dulce de leche, ni siquiera necesariamente la carne, pese a que nos encanta. Es estar en grupo y la conexión que se genera”, admitió el entrenador en jefe que especialmente pidió carne y parrillas argentinas para este momento.

Lanzillotta se define como poco futbolero, pero esta alianza con la AFA lo emociona mucho. “Se trata de la Selección de nuestro deporte más popular, con el mejor del mundo en nuestro plantel, en un Mundial que tanto esperamos, con todo lo que esto genera en la gente…. Y que mis productos estén ahí, con ellos, siendo parte seguramente de un momento muy especial como es un asado, es algo que, la verdad, me llega al corazón. No hay un mejor lugar para nuestros productos. Si ahora me tengo que retirar de esto, ya está”, se sincera, emocionado.

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