El Gobierno brindó los resultados de la última licitación de la deuda en pesos del mes de junio: colocó $6,143 billones mientras recibió ofertas por $6,724 billones, lo que significó un "rollover" del 58,8% en una de las licitaciones más desafiantes para la gestión libertaria ya que el monto de los vencimientos era uno de los más altos del años.
La Secretaría de Finanzas, que lidera Pablo Quirno, anunció lo que dejó la última licitación del sexto mes del año, en la que ofreció una variedad de instrumentos de pesos, incluyendo LECAPs y BONCAPs, donde se afrontaban vencimientos en torno a $10,4 billones. A diferencia de la licitación previa, se optó por no ofrecer Bontes en pesos a ser suscriptos en dólares.
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De esta manera, el equipo económico de Javier Milei convalidó tasas más altas con respecto al mercado secundario para poder rollear parte de los vencimientos. Las letras más cortas pasaron del 35% en el llamado anterior al 40,5%, en el marco de un incremento en general de los rendimientos de estos bonos.
"Un roll-over mensual en torno al 80% en un contexto de incremento estacional de la demanda de dinero. Esto por supuesto implica una remonetización por punto Anker vía cancelación de deuda. Las tasas reales son endógenas y suben debido al exceso de demanda de dinero", expresó Felipe Núñez, uno de los directores del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).
En la misma línea, el director del Banco Central, Federico Furiase, expresó: "Vuelve a jugar el 'punto anker' (remonetización en pesos por exceso de demanda de liquidez contra cancelación de deuda del Tesoro) en un contexto de exceso de demanda de pesos agudizado por el incremento estacional en la demanda de dinero. Por eso, el Tesoro constituyó preventivamente reservas en pesos con el superávit primario acumulado y las colocaciones netas del Tesoro en el mercado local".