Los trámites vinculados al divorcio se volvieron más extensos debido a movimientos corporativos.
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La separación entre Pep Guardiola y Cristina Serra atraviesa demoras por trámites y reorganización patrimonial.
El entrenador ya tiene vivienda propia en Barcelona, un paso que refleja su intención de iniciar una nueva etapa personal.
La salida de Serra de las sociedades familiares evidencia movimientos legales que complejizan el proceso.
La relación, antes estable y de perfil discreto, enfrenta ahora un cierre tenso marcado por negociaciones lentas.
Pep Guardiola atraviesa un momento privado particularmente exigente debido a la ruptura con Cristina Serra, con quien compartió más de tres décadas de vida en común. Mientras se resuelve, adquirió un departamento en la zona alta de Barcelona, un espacio pensado como refugio personal mientras intenta reorganizar su día a día lejos de los lugares que compartían.
La compra de esta vivienda en un barrio tranquilo y bien conectado permite ver su búsqueda de intimidad y distancia emocional. Dejó de alojarse en la casa familiar cuando viaja a Barcelona y se inclinó por un entorno diferente, en el que pueda sobrellevar la presión deportiva y el desgaste propio de la separación.
Mientras él procura avanzar en esta transición, el proceso legal continúa con demoras y ajustes alrededor de la estructura empresarial familiar, un escenario que muestra tensiones crecientes y anticipa un cierre más complejo de lo previsto.
Guardiola y Cristina Serra
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Cuáles son los problemas que habrían surgido en el divorcio de Pep Guardiola
Los trámites vinculados al divorcio se volvieron más extensos debido a movimientos corporativos que muestran un distanciamiento progresivo entre ambos. Cristina Serra dio de baja su participación en la firma familiar Serra Claret SL y dejó de ejercer funciones directivas en la Guardiola Sala Foundation, donde su cese oficial se produjo en abril. En el Reino Unido ya no figura en registros de la entidad, mientras que en España solo mantiene su rol de patrona, un indicio de que la separación de bienes está avanzada pero no resuelta.
Su historia comenzó en los años noventa, cuando se conocieron en un local de moda de la familia Serra. A lo largo de los años construyeron una relación sólida mientras Guardiola desarrollaba su carrera como entrenador y Serra impulsaba sus actividades en el sector textil. En 2021 adquirieron una propiedad de alto valor en Pedralbes, donde actualmente reside Cristina con sus tres hijos.
Guardiola y Cristina Serra
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La distancia física y laboral terminó por desgastar el vínculo, y lo que en un principio parecía una separación amistosa terminó derivando en negociaciones más duras. Según las periodistas Laura Fa y Lorena Vázquez, el trato pasó de ser cercano a meramente cordial, con un clima más frío a medida que avanzan los trámites. El entorno coincide en que buscan cerrar cuanto antes esta etapa, sin posibilidad de reconciliación y con la prioridad puesta en definir la división definitiva de bienes.