La vida de Jorge “Locomotora” Castro estuvo colmada de gloria y sin duda su mejor momento deportivo estuvo ligado al campeonato del mundo. Pero su infancia fue dura. “Cuando era chico mi mamá me mandó con mi papá a Catamarca y no la pasé bien. Él junto a mi abuelo me molían a palos, pero no creo que esa violencia me haya marcado. Nunca fui rencoroso ni vengativo”, recordó.
En diálogo con Leandro Rud, en el programa “La Noche” por C5N, describió el momento cuando tenía 14 años su madre fue a visitarlos y fue ahí cuando se dio cuenta que "Roña" pasaba hambre y frío: “Me vio muy flaquito me llevó de nuevo a Caleta Olivia. Yo estoy muy agradecido a mi mamá por haberme llevado. Nunca creí que iba a llegar dónde llegué, de recorrer tantos países”.
El exboxeador tuvo su primera pelea a los 15 años en su ciudad natal y de ahí no se bajó más del ring. Pasó 100 peleas sin perder y cuando tenía 17 llegó a Buenos Aires, donde sufrió su primera derrota. Sin embargo, no se detuvo.
Por otro lado, reconoció que siempre “con la fama se te pegan las mujeres, pero tuve suerte de tener mujeres muy buenas”. “Igual era un marinero, en cada puerto un amor. Pero no me arrepiento de nada”, sostuvo.
“Tengo 15 hijos de 6 matrimonios. Con todos me llevo bien, pero me encantaría conocer a una hija que vive en Paraguay y otro hijo en Génova, Italia. Me duele no poder conocerlos, perdí contacto y la nena sé que estuvo en Argentina, pero no se cómo contactarla. Si me quiere conocer, estoy dispuesto a hacerlo, encantado”, se sinceró.
La ayuda de Locomotora Castro a los que menos tienen
Hoy, retirado del ring, sigue ligado como promotor guiando a los juveniles para seguir sus pasos y mantiene una vida social donde ayuda a comedores.
“Tenemos 14 comedores y 9 merenderos. Tenemos 1700 chicos que van a comer en el partido de Lomas de Zamora. Los viernes entrego mercadería me la da el Mercado Central”, precisó y agregó: “Lunes, miércoles y viernes hacemos la entrega a los comedores; y los martes y jueves en los merenderos”.
“Es lindo que la gente pase y te diga ‘gracias por lo que haces por nosotros’ eso te llena. Yo pasé mucha hambre y frío cuando vivía en Catamarca. Si lo dejo, nadie lo va hacer”.