Un especialista analizó los gestos de los rugbiers tras la condena y el desmayo de Máximo Thomsen

Hugo Lescano, experto en comunicación no verbal, describió el comportamiento de los condenados por el homicidio de Fernando Báez Sosa.

En el programa Argenzuela en C5N, con la conducción de Jorge Rial, Lescano analizó el desmayo del condenado a prisión perpetua Máximo Thomsen, que se descompensó en el Tribunall N°1 de Dolores: "Tuvo un vahido, y ninguno de los que estaban alrededor de él, nadie se comprometió, nadie tiene empatía con él", aclaró el especialista.

El análisis del científico reconoció que "no hay liderazgo, porque si el líder se cae, alguien lo toca y nadie lo hizo. Todos siguieron mirando al frente".

En cuanto a Blas Cinalli, Lescano notó que "miraba al cielo, arriba y por alguna razón él se ve aferrado a alguna creencia", y hasta detalló que se muestra como alguien que "está aliviado y no tiene signos de sufrimiento en el rostro, sobre el joven que fue condenado a 15 años de prisión. "Debe tener alguna vuelta mística, algún contexto religioso, y en el alegato él ya miraba hacia arriba en varias ocasiones", apuntó .

Otro gesto que llamó la atención de lescano fue el de Ayrton Viollaz, quien se tomó la cabeza, se tapó los ojos y se tapó la cara, que determinan que "una persona que hace tanto en un sólo movimiento está en una crisis emocional muy intensa".

Por último, Lescano se refirió a la forma en que Matías Benicelli se acomodó la camisa en varias oportunidades, por los menos 5 veces, en lo que definió como "gestos adaptadores en los que hay un nivel de estrés muy alto" y aseguró: "Es el más expuesto anímicamente de los 8 y pudo cometer un hecho de violencia, que finalmente no ocurrió", remarcó sobre el momento en que se leyó la condena a los 8 jóvenes.

Sobre el pedido de perdón de los rugbiers

El especialista en comunicación no verbal, Hugo Lescano, definió sobre el pedido de perdón que los rugbiers a horas de conocerse la condena, a los padres de Fernando Báez Sosa, en el Tribunal de Dolores, que "es lógico que el pedido de perdón o disculpas esté guionado en la justicia, porque "los abogados le dicen a sus defendidos que es lo que tienen que decir", pero es "difícil" es mentir con las expresiones corporales.

"No hay posibilidades de que el cuerpo deje de comunicar. Yo puede dejar de hablar y quedarme callado, pero siempre transmitimos lo que sentimos", recalcó sobre las emociones que describen un momento, y no una personalidad, según el profesional.

"No existe posibilidad de simulación si no se ofrece algún beneficio", agregó sobre la demostración de perdón del abogado Hugo Tomei con sus defendidos ante la justicia: "Siempre vimos en el rostro las expresiones reales".

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