El exgimnasta Federico Molinari desligó a su esposa de la denuncia penal por grooming

El finalista olímpico de Londres 2012 aclaró que el expediente iniciado no alcanza a Paula Cancio, aunque sí reconoció que con la denunciante se dieron “discrepancias” que responden estrictamente a lo deportivo.

El exgimnasta Federico Molinari rompió el silencio luego de haber sido denunciado por grooming por la mamá de una nena que entrenaba en su escuela. “La Justicia, en la que confío plenamente, está analizando los mensajes y no dudo que se concluirá que no he cometido delito alguno”, escribió.

El campeón panamericano en Lima 2019 publicó una carta en la que enfatiza que Paula Cancio, su esposa, no fue mencionada en la denuncia penal que radicó la mamá de la denunciante en la Fiscalía de San Isidro.

Tiene que ver con que la denunciante sugirió connivencia entre el entrenador y su esposa, sobre los hechos advertidos en el expediente. Además, señalan que está vinculada porque no prosiguió con el protocolo establecido en casos de violencia en el deporte.

Es cierto es que la menor tuvo alguna discrepancia con ella, pero estrictamente relacionada con el entrenamiento en sí”, señala un pasaje, en el que agregó: “De todas formas, la Sra. y su hija mantuvieron con Paula una correcta relación hasta que decidieron abandonar nuestra escuela”.

molinari

El comunicado completo de Federico Molinari

Escribo estas líneas acompañado de mi mujer Paula Cancio.

En primer lugar, quiero decir que en cuanto tomé conocimiento de la denuncia penal que me involucra (no así a Paula) me presenté a la Justicia con mis abogados y al día de hoy no he sido citado y continúo a disposición.

Se trata de una denuncia efectuada por una madre de una exalumna de 16 años -que era entrenada por Paula-, por un supuesto caso de “grooming” de mi parte. Es importante aclarar que eso no implica ningún tipo de abuso ni contacto físico con la menor, sino que hace referencia a aparentes mensajes míos inapropiados. De todas formas, niego enfáticamente haber remitido mensaje alguno con contenido o sentido sexual. Siempre tuve un cordial vínculo con la alumna y los contactos que he mantenido con ella han estado destinados a acompañarla y levantarle el ánimo en momentos difíciles que ha tenido. Lamentablemente, la realidad ha sido tergiversada.

La Justicia, en la que confío plenamente, está analizando los mensajes y no dudo que se concluirá que no he cometido delito alguno.

Teniendo en cuenta que la causa ha tomado estado público y que la denunciante ha efectuado declaraciones en algunos medios de prensa, me veo en la obligación de decir que el relato de la Sra. está repleto de inexactitudes y confusiones y que difiere en gran parte de una denuncia administrativa que ella había efectuado anteriormente ante la Federación bonaerense de gimnasia -de la cual decidí dar un paso al costado provisoriamente, hasta que esto se resuelva-.

Creo muy relevante decir que, hace más de un año, cuando la madre conoció los mensajes cuestionados, la menor continuó entrenando en nuestra institución por mucho tiempo y ambas siguieron manteniendo una cordial relación conmigo, de lo cual tengo sobradas pruebas –mensajes, etc.-. Por eso tuve una enorme sorpresa cuando apareció esta denuncia penal.

Reitero que mi esposa Paula no ha sido denunciada en la causa, como inexactamente trascendió. No obstante, cierto es que la menor tuvo alguna discrepancia con ella, pero estrictamente relacionada con el entrenamiento en sí. De todas formas, la Sra. y su hija mantuvieron con Paula una correcta relación hasta que decidieron abandonar nuestra escuela.

Me veo también obligado a decir en mi defensa que la denunciante ha tenido inconvenientes en dos instituciones de gimnasia en las que su hija entrenó anteriormente. Asimismo, mientras la menor era entrenada por mi esposa y también por otro profesional se han suscitado problemas que no viene al caso mencionar, pero nosotros siempre priorizamos la salud de la alumna.

Por otra parte, quienes me conocen saben de mi trayectoria, mi pasión por el deporte y la docencia y, especialmente, que soy incapaz de cometer cualquier tipo de abuso o exceso con un alumno. He tenido más de 5.000 alumnos que han pasado por nuestra escuela –siempre con libre acceso a las clases para los padres- y jamás tuve inconveniente alguno como el que motivó esta denuncia.

Quiero agradecer muy especialmente el apoyo que he recibido en estos días de alumnos, padres, colegas, amigos, etc.

Sabrán comprender que prefiero no hablar en los medios ni dar notas. Entiendo el interés de la prensa, pero se trata de un tema delicado que involucra a una menor y que ya está en manos de mis abogados y en especial de la Justicia, cuya decisión aguardo.

Mi mujer Paula ha sido testigo presencial de muchas situaciones, conoce la realidad y me acompaña incondicionalmente.

Por ella, por mis hijos y por todos ustedes –además de por mi buen nombre y honor-, aguardo una rápida y clara resolución de la Justicia.

FEDERICO MOLINARI – PAULA CANCIO

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