Drogas de diseño: cuáles son los riesgos asociados al consumo

Los consumidores de éxtasis, LSD, MDMA, anfetaminas, ketamina, tienen mayor probabilidades padecer ansiedad, ataques de pánico, paranoia, depresiones, alteraciones del sueño, problemas psicosomáticos y psiquiátricos.

El término drogas de diseño, recreativas o de síntesis, se refiere a una amplia variedad de drogas peligrosas que suelen ser consumidas en fiestas, clubes y bares, entre las que comprenden el éxtasis, el LSD, MDMA, anfetaminas, ketamina, entre otras.

Se llaman así porque se altera la estructura química de la sustancia que está presente en la naturaleza para maximizar su potencial psicodélico. Si bien algunas de estas sustancias existen hace mucho como el LSD, muy de moda en los años 60, otras fueron surgiendo más recientemente, como por ejemplo, la ketamina que hasta hace poco se usaba como sedante para animales.

Como ésta, muchas se usan en el contexto de fiestas electrónicas, también el MDMA, el éxtasis, o las anfetaminas. Su mayor riesgo no tiene que ver con la sustancia en sí misma necesariamente sino con la falta de control en su fabricación, así como la falta de educación y políticas de reducción de daños, que hace que muchas veces se combinen estas drogas con otras drogas de diseño u otras sustancias, como marihuana y alcohol aumentando los riesgos asociados a su consumo.

Cada vez más jóvenes acceden desde edades muy tempranas a drogas de diseño buscando ciertos efectos: euforia, mayor autoconfianza, desinhibición, felicidad, sensaciones placenteras, mayor resistencia y rendimiento. Pero muchas veces ignoran las consecuencias que trae sobre la salud física y mental, así como los riesgos asociados a un consumo irresponsable.

A pesar de su popularidad pocos conocen los efectos adversos. A corto plazo puede producir taquicardia, ataques de pánico, estados de confusión, pérdida de memoria, pérdida de apetito, trastornos del sueño, agresividad, mareos, deshidratación o sobrehidratación. También tienen efectos secundarios a largo plazo, como alteraciones en el ritmo cardíaco, trastornos de ansiedad, paranoia, depresión, alucinaciones, disociación e irritabilidad.

La divulgación de información es muy importante porque nos permite elegir que consumir y que no, y los riesgos asociados de su consumo.

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