El 22 de junio de 1986, un momento icónico en la historia del fútbol quedó grabado en la memoria colectiva de los argentinos y aficionados al deporte en todo el mundo. Diego Armando Maradona anotó, tal vez, su gol más famoso, conocido como “la mano de Dios”, que generó profundas pasiones y ahora, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), develó el descubrimiento de la “otra mano de Dios”, una nebulosa que está dejando sin palabras a los científicos.
La imagen fue capturada por el telescopio espacial Hubble y revela una estructura impresionante de gas y polvo, aclarada por las estrellas jóvenes que se ubican en su interior.
Maradona anotó, quizás su gol más famoso, conocido como “la mano de Dios”, en el set de cuartos de final del Mundial de 1986 en México contra Inglaterra. En ese partido, uso su mano para desviar el balón al gol, un acontecimiento que pasó fue desestimado por los árbitros. Esta anotación, junto con su segundo gol en ese mismo juego, que se conoce como el "Gol del Siglo", afianzó su estatus como uno de los más talentosos jugadores de todos los tiempos.
Cómo es la nebulosa que encontró la NASA y rápidamente se describió como "La mano de Dios"
Se trata de una novedoso retrato de la nebulosa PSR B1509-58, bautizada como “la mano de Dios”, haciendo referencia al icono futbolístico, está ubicada a unos 17.000 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Escorpio, y es el resultado de la explosión de una supernova, que dejó detrás de sí una nube de gas y polvo que se expande velozmente.
La agencia espacial utilizó el telescopio espacial NuSTAR, junto con datos del observatorio Chandra, para lograr la captura de una nueva imagen de la bruma. Esta combinación de información permitió a los estudiosos conseguir una representación visual que no solo es impactante, sino que también es clave para analizar las fases que dan forma al misterioso universo.
La nebulosa PSR B1509-58, también denominada como “la mano de Dios”, es un púlsar ubicado casi a 17.000 años luz de distancia en la constelación de Circinus. Este suceso fue descubierto por el Observatorio de Rayos X Einstein en 1982 y consideraban que tenía alrededor de 1700 años de antigüedad.
La difusa formación gira de manera veloz, emite energía al espacio que la rodea y crea formas complejas en su entorno. Se expande a lo largo de unos 150 años luz y es se destaca por su peculiar forma que se asemeja a una mano levantada, lo que le valió su denominación. Esta “mano” surge como resultado de un viento pulsar, que desparrama partículas y energía espacial, generándose una imagen visualmente avasallante en rayos X.