Por una medida judicial, tras un polémico pedido de quiebra y una fallida expansión prometida por capitales austríacos en 2016, Boston, la tradicional confitería de Mar del Plata, cerrará sus puertas y unos 50 empleados quedarán sin trabajo.
Famosa por sus medialunas, tendrá abierta sus puertas hasta el 30 de septiembre. Alrededor de 50 trabajadores, que todavía se desempeñan en los dos locales, perderán sus puestos de trabajo. “Gracias totales. Hasta siempre”, se despidieron.
Por una medida judicial, tras un polémico pedido de quiebra y una fallida expansión prometida por capitales austríacos en 2016, Boston, la tradicional confitería de Mar del Plata, cerrará sus puertas y unos 50 empleados quedarán sin trabajo.
El anuncio del cierre definitivo lo hicieron en sus redes sociales: “Nos despedimos, pero el sabor de los buenos recuerdos siempre quedará". El conflicto judicial comenzó a fines de 2016, cuando la confitería pasó a manos de un grupo empresario que se presentó con anuncios de expandir la marca por América Latina y hasta Europa, pero nada de ello fue cierto.
El cierre ocurrirá luego de un acuerdo al que llegaron en la Justicia los cuatro imputados, sus dueños, quienes todavía enfrentan una causa por quiebra fraudulenta. En ese, la Justicia de Delitos Económicos de Mar del Plata imputó a los involucrados por “quiebra fraudulenta, defraudación agravada por vaciamiento de empresa, e insolvencia fraudulenta”, y les prohibió salir del país.
Finalmente, este lunes llegará el fin. “Las puertas de nuestra confitería se cerrarán, pero los recuerdos, los momentos y el cariño permanecerán por siempre. Nos llevamos en el corazón cada sonrisa, cada conversación y cada encuentro que hicieron de La Boston un lugar especial”, se despidieron en sus redes.
“Mañana es el último día. Estamos viviendo con mucha angustia. Los clientes están viniendo a despedirse, es una confitería tradicional. Estamos sensibles no solo por los años sino también porque hay entre 40 y 50 personas que se quedan sin trabajo”, señaló Carolina, una de las empleadas, en diálogo con C5N.
Al mismo tiempo, reconoció que por la situación actual del país el futuro laboral no será fácil ya que, si bien algunos empleados son jóvenes y tiene posibilidad de conseguir otra salida laboral, otros “ya somos grandes, para este contexto de país donde piden empleados de hasta 35 años”.
Por otro lado, Carolina aseguró que no piensan en el futuro, por el momento ya que “cuesta pensar”. “Si hay algo que pudimos rescatar de todo esto es nuestra lucha. Valió la pena, se sostuvo. Se hizo un montón, nos vamos orgullosos de nosotros mismo. Si hay algo que podemos dejar es que hay que luchar, hay que pelear por nuestros derechos".
“Durante los últimos días, los clientes vienen a despedirse y nosotros nos la pasamos llorando por eso”, reconoció con la voz quebrada quien lleva 21 años en la confitería y agregó: “Esperábamos el juicio que iba a ser en septiembre, pero se dio todo rápido y hasta el último momento esperamos que se revirtiera la situación, pero no se dio”.