Una semana repleta de dudas para el oficialismo y la oposición de cara a las PASO

Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich recalientan la interna de Juntos por el Cambio. Y Sergio Massa intenta mantener la gestión y enamorar en la campaña. Para las elecciones primarias parece haber más dudas que certezas.

A dos semanas de las primarias, la campaña comienza a mostrar los límites de las fuerzas en pugna. En la oposición, la derrota en Córdoba capital todavía no ha sido metabolizada del todo. La foto de unidad se tornó foto de derrota y redefinió sensaciones, sumadas a las de la victoria interna de Maximiliano Pullaro en Santa Fe.

La confianza de Mauricio Macri en las encuestas que le acercaban los colaboradores de Lilita Carrió venía resquebraja luego de las derrotas de Luis Juez y Carolina Losada y por eso decidió apartarse con un último apoyo a Rodrigo de Loredo. Las apariciones del expresidente acompañaron tres derrotas al hilo y todo indica que no volverán a ser explícitos.

Es por eso que Patricia Bullrich deberá sortear las PASO para obtener un acompañamiento formal. Las otras muestras las tiene todas a su favor. Pero la desconfianza en los sondeos que la daban como amplia ganadora de la interna se instaló en el sector halcón y redefine algunas cosas que parecían destinadas a reaparecer luego del 13 de agosto. La consigna “todo o nada” se fue abandonando luego de evaluar que podía generar el efecto contrario al buscado. La campaña de Losada en Santa Fe parece abonar a esa presunción. A pesar de esta decisión, el anuncio de Bullrich en la Rural de que recurriría nuevamente al Fondo para conseguir aún más fondos para “blindar” la economía y así poder salir del cepo, también generó controversia y fue aprovechado por Horacio Rodríguez Larreta.

Conviene aquí tratar de entender lo que está en juego. Si en términos concretos, la herencia de Macri está en disputa, en términos simbólicos tanto su gobierno como el de la Alianza son una mochila que nadie se quiere cargar. La revelación de la ex ministra de Seguridad acerca del Fondo, instalaron el mismo debate que ellos intentaron eludir luego de las declaraciones de Juan Manuel López de la Coalición Cívica cuando dijo que un eventual gobierno de Bullrich podría parecerse a la serie de streaming “Diciembre de 2001”. La alusión al blindaje no ayuda.

¿Esto implica que Horacio Rodríguez Larreta y sus socios políticos tienen planes muy distintos? Todo indica que no. No sólo porque no han condenado nunca públicamente la toma de deuda indiscriminada del gobierno de Macri sino también porque cada una de las cosas que han anunciado como plan de gestión está en línea con el cogobierno que el FMI impone. La diferencia parece ser que Bullrich cometió la torpeza de decirlo y Larreta lo aprovechó.

¿Con esto le alcanza al oficialismo para volver a ser competitivo? Todo indica que aún no y que a dos semanas de las primarias el panorama no parece prometedor. Sergio Massa, principal precandidato de la coalición oficialista navega entre los problemas de la cartera económica y una campaña que no enamora. En esto último, probablemente él sea el menos responsable. Las consecuencias políticas de seguir mansamente el esquema que estableció Macri en 2018 cuando volvió a traer al Fondo a la Argentina marcan la gestión y la campaña.

Massa ha intentado torcer ese rumbo en su propia negociación y ha dado muestras en sus apariciones como candidato que privilegia en su proyecto a un país productivo, alejado del modelo especulativo que propone Juntos por el cambio. Pero con eso, por ahora parece no alcanzar en sectores del país muy golpeados por la inflación y la distribución regresiva del ingreso, como son los municipios del conurbano bonaerense. En las últimas reuniones de coordinación se ha discutido esto y se busca que los intendentes “caminen” sus distritos para buscar los votos perdidos en 2021 no sólo para que vuelvan con ellos sino también con Axel Kicilloff y el propio Sergio Massa. Por ahora, las encuestas marcan que eso no ha tenido efecto.

Encontrar el tono y la estrategia territorial adecuados para una campaña parece difícil cuando la administración en la que se apoya no tiene tantos logros para mostrar y la estrategia de mostrar lo malo que puede ser el rival ha demostrado ser poco efectiva. Es cierto que en esta elección puede tener un poco más de chances porque para recordar lo malos que son los principales opositores no hay que remontarse a 2001 sino a 2019.

Con todo, Massa ha mostrado este fin de semana decisiones relacionadas a lo que ve como posibilidades. Privilegió el norte argentino y el gran Cuyo en desmedro de la realización de un acto y una caravana en el Gran Buenos Aires en virtud de la desorganización que prima en la campaña allí. ¿Alcanzará para ser competitivos con recoger votos en el norte de nuestro país, aminorar las derrotas en la zona centro aprovechando el posible efecto doble de Milei y Schiaretti? ¿Puede el peronismo ganar sin hacer una gran elección en la tercera sección de la Provincia de Buenos Aires? Las aritméticas electorales pueden decir que sí, aunque la historia y la política digan otra cosa. Será por eso que el gobernador del distrito, Axel Kicilloff, repite en privado una sentencia que ya ha hecho pública: “No hay octubre sin agosto, en las PASO tenemos que explotar las urnas". Por ahora, parece una expresión de deseo que una realidad posible.

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