Milei en su laberinto: otro capítulo de su relación con Victoria Villarruel y la casta

El reclamo salarial de la vicepresidenta reavivó las brasas de un incendio que nadie parece dispuesto a apagar en el oficialismo. El apoyo inesperado que recibe la primera en la línea sucesoria. El desaliento empresarial con la macroeconomía libertaria y el riesgo de empalagarse con encuestas.

Como si fuera una especie de epílogo de una novela de presiones y ataques a su figura por parte de integrantes de su propia fuerza, la vicepresidenta Victoria Villarruel cerró la semana con amargas quejas en la red social X.

El método elegido no es nuevo: la compañera de fórmula de Javier Milei ha utilizado en varias oportunidades la respuesta a usuarios desconocidos que la increpaban como forma de contraatacar o de sentar posiciones divergentes dentro del oficialismo. Como ejemplo puede recordarse lo que suscitó su intercambio con un usuario, luego del escándalo por la difusión involuntaria de cánticos racistas por parte de jugadores de la selección en la cuenta de Enzo Fernández.

“Argentina es un país soberano y libre. Nunca tuvimos colonias ni ciudadanos de segunda. Nunca le impusimos a nadie nuestra forma de vida. Pero tampoco vamos a tolerar que lo hagan con nosotros. Argentina se hizo con el sudor y el coraje de los indios, los europeos, los criollos y los negros como Remedios del Valle, el Sargento Cabral y Bernardo de Monteagudo. Ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha ni por decir las verdades que no se quieren admitir. Basta de simular indignación, hipócritas. Enzo yo te banco, Messi gracias por todo! ¡Argentinos siempre con la frente alta! ¡Viva la Argentinidad”, expresó la dirigente libertaria en su cuenta de la red social X.

El episodio que se generó, a pocos días de que Milei se reuniera con Emmanuel Macron, tiene una conclusión insólita. La secretaria General de la Presidencia y hermana del presidente, Karina Milei, fue a pedir disculpas en persona a la embajada gala en Buenos Aires. La naturalización del hecho nos impidió preguntarnos por qué de algo tan inusual como que una autoridad de un gobierno vaya a la embajada de otro a ofrecer explicaciones. Hay otros ejemplos pero el citado sirve como antecedente de lo que sucedió este fin de semana.

Victoria Villarruel

Villarruel resolvió el episodio de las dietas de los senadores y luego contraatacó. En X, la vicepresidenta protestó por el salario que percibe como vicepresidenta y aseguró que gana, "menos que el Presidente, los diputados, los senadores, ministros, jueces, diplomáticos, voceros". “Mi sueldo está congelado hace un año y la prepaga aumenta, los impuestos aumentan, no alcanza a nadie que viva de su sueldo con honestidad”, deslizó la vice y también aprovechó para criticar al presidente de la cámara de Diputados, Martín Menem. "Martín aumentó 70% sus dietas porque él es diputado y ahora volvieron a tener aumento. Digamos la verdad, por favor. Yo no creo que un país se haga mintiendo u ocultando las cosas”, respondió a otro usuario.

Villarruel cerró de este modo una semana complicada. Las presiones para que prorrogue el congelamiento de las dietas de los miembros del Senado recayeron sobre ella como forma de eludir una cuestión que implica directamente a Milei. Es el presidente el que, después de la expulsión de Kueider, ordenó que se mantenga cerrado el Congreso para evitar sinsabores. La vice tenía un buen punto en la discusión. Era mucho más adecuado que fuera el propio cuerpo el que extendiera el congelamiento de su dieta y no que ella lo decidiera unilateralmente. Pero, como la Rosada no quiere sesiones extraordinarias, todo recaía nuevamente en Villarruel. Y el círculo más cercano a Milei ejerció toda la presión que podía. Primero, enviando a sus nuevos socios predilectos, los integrantes del bloque radical, a que la instaran a la firma. Y luego con una cada vez más explícita Lilia Lemoine, quien le reclamó intentar siempre quedar bien parada mientras otros pagan los costos políticos del ajuste.

Lilia Lemoine

En el entorno de Milei lo intuyen: Villarruel va avanzando de a pasos cortos en su propia carrera política personal con patrocinadores en las sombras como un desairado Mauricio Macri. Fue el propio Jonathan Viale -protagonista de una entrevista en la que Villarruel se diferenció fuertemente con el oficialismo- el que difundió que ya no se la considera dentro del gobierno y que la relación está rota.

La vicepresidenta no tiene un proyecto alternativo de país en la cabeza -y por eso apoyó con su voto la Ley Bases- pero sí una vocación de sobrevida cuando, más tarde o más temprano, la aventura del presidente se termine. Se basa en dos certezas. Por un lado, que es mentira que la macroeconomía esté funcionando tan bien y que también lo es que la imagen del presidente se mantenga tan arriba en las encuestas.

En relación con lo primero, hay un clamor unánime entre los industriales argentinos. Desde la UIA hasta Paolo Rocca de Techint y los principales actores del sector textil hasta los representantes del Grupo de los 6 entienden que la estabilidad financiera de numerosas empresas argentinas está al borde del colapso. Dice el economista Pablo Tigani en una nota reciente publicada en Ámbito Financiero: “Sectores clave de la economía, incluidos grandes conglomerados y agroexportadores, enfrentan una tormenta perfecta: caídas sostenidas en los precios internacionales, desplomes en ventas y rentabilidad, y costos financieros que aumentan de forma inversamente proporcional a las ventas. Los vencimientos de deuda, cada vez más cercanos, representan una amenaza inminente que deja poco margen para la inacción“.

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En relación con el apoyo en las encuestas, no será la primera vez que cierta creatividad a la hora de leer datos jueguen una mala pasada. El recuerdo de las PASO para presidente en 2019 y las legislativas de 2021 está demasiado caliente como para creer que una situación que empeore las condiciones de la gente esta vez sí tendrá apoyo popular. Con la baja de la inflación como única bandera, el gobierno confía. Habrá que ver si está acertado.

Más allá de esto, el laberinto en el que se encuentra La Libertad Avanza tuvo un nuevo episodio esta semana en el Senado, ese que no se puede abrir, y condensa la principal traición de campaña de una fuerza que dice que llegó para combatir a la casta y se ha convertido en su mayor socia.

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