La crisis de la UCR: quién es quién y qué puede pasar tras el veto a la reforma jubilatoria

Entre los distintos diputados que decidieron cambiar su voto el miércoles pasado para acompañar el veto a la reforma jubilatoria de Javier Milei, sin dudas los que más cuestionamientos y consecuencias atraviesan son los que responden a la Unión Cívica Radical (UCR). El espacio que impulsó el proyecto para aumentar las jubilaciones fue el mismo que puso a disposición cinco votos claves que cambiaron el resultado. Los protagonistas de esta jugada fueron Mariano Campero (Tucumán), Luis Picat (Córdoba), Pablo Cervi (Neuquén), Martín Arjol (Misiones) y Federico Tournier (Corrientes). Lo acontecido expone una discusión que atraviesa al partido desde la llegada de La Libertad Avanza (LLA) al poder, que esconde discusiones sobre los liderazgos, la identidad, y cómo vincularse con un Gobierno al que una parte importante del espacio le da herramientas para gobernar, a pesar de los destratos e insultos reiterados. Por estas horas, se analiza el futuro de aquellos legisladores tanto dentro del partido como en el bloque de la Cámara de Diputados.

Desde la asunción de Milei, quien ha llegado a confesar que una de sus terapias era pegarle a un muñeco con la cara del expresidente Raúl Alfonsín, el radicalismo viene generando cuestionamientos sobre su rol frente a la gestión libertaria. Hoy existe un ala más dura referenciada en dirigentes como el senador Martín Lousteau y el diputado Facundo Manes, que desde el principio buscaron desmarcarse del oficialismo, y un ala más dialoguista, encarnada por el presidente del bloque en Diputados, Rodrigo de Loredo, y parte de los gobernadores, quienes creen en la necesidad de brindar gobernabilidad a una gestión encabezada por una fuerza política nueva.

Todo se precipitó con la votación del miércoles y el bloque de la UCR en Diputados se reunirá el martes próximo para analizar los pasos a seguir, luego de que once diputados presentaran un pedido ante De Loredo para concretar la salida de los legisladores díscolos. Cabe recordar que estas diferencias casi generan que el bloque quedara dividido en diciembre pasado, con 22 diputados liderados por De Loredo por un lado y otro de 12 legisladores a cargo de Manes.

Los cambios de postura

Cuesta enmarcar dentro de la lógica el cambio de los diputados radicales por dos cuestiones: por las banderas históricas del radicalismo y por ser la UCR la impulsora del proyecto que el 5 de junio aprobó la reforma jubilatoria en la Cámara baja con 160 votos a favor, 72 en contra y 8 abstenciones.

El cambio de postura se concretó tras una reunión en la Casa Rosada entre los legisladores radicales y el presidente Milei el martes pasado, un día antes de la sesión. Lo que sorprendió fue que el diputado Mariano Campero, de la provincia de Tucumán, decidió compartir la foto en su cuenta de X, sonriente, junto a sus compañeros de bloque. Este viernes, el diputado Cervi reconoció que “la foto no fue para nada feliz” e incluso en declaraciones radiales cuestionó el encuentro en la Rosada.

Lo llamativo fue el cambio de postura por el nivel de argumentos que habían esbozado unos meses atrás. En la sesión de junio, Campero justificó su voto a favor del aumento con un discurso donde detalló que "los jubilados no llegan a fin de mes" y que "tienen que optar entre la compra de remedios o comidas". En esa oportunidad, también había destacado a la UCR por promover el proyecto e incluso llegó a instar al Gobierno a pensar una fórmula superadora. “La motosierra tiene que ir a la casta, no a nuestros jubilados”, enfatizó.

Otro diputado que expuso la doble vara fue Martín Arjol, quien el 5 de junio festejó la aprobación del proyecto que buscaba recomponer las jubilaciones al calificarla como “una propuesta sensata y responsable fiscalmente que se podría cubrir eliminando privilegios”.

Sin embargo, este 11 de septiembre apoyó el veto al destacar la necesidad de “cuidar el equilibrio fiscal para evitar recaer en la emisión monetaria, el endeudamiento o la subida de impuestos que a la larga nos hacen daño y nos impiden tener el país próspero que nos merecemos”.

Dentro de sus razones, puso foco en su provincia: “El amplio apoyo que recibió Milei de los misioneros es una prueba de confianza y los legisladores debemos darle espacio para que gobierne. Por eso, elijo anteponer mis coincidencias por encima de mis diferencias, por un mejor futuro para nuestros hijos e ir a fondo por el CAMBIO que la Argentina necesita”.

Para el ala más dura del radicalismo, el cambio es inexplicable porque “acá era unánime la propuesta del partido” y lo ubican en dos cuestiones: negociaciones personales que, apuntan, tendrán que analizarse, y jugadas de índole político de cara a los lugares que buscan ocupar en las próximas elecciones.

“Arjol y Campero argumentaron a favor y después se dieron vuelta en el aire, con el agravante que ninguno responde a provincias que tengan gobernadores radicales. Hay algo vinculado a intereses personales y hay que investigar. Es gravísimo”, advirtieron.

Lo que viene

Tras conocerse el apoyo al veto presidencial, desde la Convención Nacional de la UCR, presidida por Gastón Manes, informaron que van a promover la suspensión de los diputados que no acompañaron al bloque. Así lo informó en sus redes el secretario general de la Convención, Hernán Rossi, quien comunicó que, amparados en los Art. 8, 29 y 53 de la Carta Orgánica de la Unión Cívica Radical, buscarán "aplicar la suspensión preventiva de la afiliación de aquellos diputados que no apoyaron la decisión del partido de rechazar el veto presidencial a la Ley de Movilidad Jubilatoria, hasta tanto el Tribunal Nacional de Ética de la Unión Cívica Radical juzgue su conducta".

Frente a este anuncio, la semana que viene se reunirá la mesa de conducción para concretar la medida y elevar la denuncia ante el Tribunal Nacional de Ética del partido, con la idea de que entre en vigencia la sanción provisoria hasta que el órgano correspondiente determine la sanción definitiva que puede derivar en la expulsión partidaria.

La otra incógnita es qué pasará en el bloque de Diputados. Allí un grupo de once radicales pidió oficialmente al jefe de la bancada, De Loredo, que formalice la salida de los cinco diputados. En el documento, los radicales repudiaron el accionar de sus compañeros de banca, denunciaron “un daño sobre la credibilidad y ética frente a la ciudadanía” y hablaron de una “pertenencia al oficialismo” tras la foto compartida con el Presidente.

''Consideramos necesario un replanteo y un reordenamiento del Bloque de Diputados de la UCR, dejando que quienes han elegido otro camino lo transiten y reafirmando los valores de identidad de nuestro espacio político'', reza el comunicado que lleva las firmas de Facundo Manes; Manuel Ignacio Aguirre; Marcela Anotla; Fernando Carbajal; Ana Carla Carrizo; Mariela Coletta; Marcela Coli; Pablo Juliano; Juan Carlos Polini; Jorge Rizzotti y Danya Tavela.

Además de cuidar las banderas e identidad del espacio, detrás de la presentación se esconde una discusión por los liderazgos y la conducción del bloque por parte de De Loredo, una gestión que genera roces y críticas internas. “Nosotros ya los dimos por idos, queremos discutir con las autoridades del bloque”, remarcan fuentes parlamentarias.

El desenlace de esta historia tendrá lugar el martes que viene.